La localidad balnearia de Pehuen Co, en el sudoeste bonaerense, todavía no sale del asombro tras el incendio intencional de la Capilla Sagrada Familia, ocurrido en la madrugada del sábado 2 de noviembre, en la noche de Halloween.
El hecho dejó al templo completamente destruido y expuso un trasfondo inquietante: símbolos satánicos, referencias al black metal y la confesión de un adolescente de 15 años como autor del ataque.
Una madrugada de terror
El fuego se desató alrededor de la 1:15 de la madrugada y consumió por completo la estructura de madera de la capilla, principal espacio de culto de la comunidad.
Dos dotaciones de bomberos trabajaron durante más de cuatro horas, hasta las 5:15, para evitar que las llamas se propagaran a las viviendas cercanas. Cuando lograron controlar el siniestro, la capilla era solo un esqueleto ennegrecido.
Las pericias posteriores confirmaron que el incendio había sido provocado deliberadamente. En las inmediaciones aparecieron grafitis con inscripciones como “CALL 666”, cruces invertidas y estrellas de cinco puntas: señales inequívocas de una puesta en escena vinculada al satanismo.
Una investigación que avanzó con rapidez
El caso quedó a cargo de la UFI N°1 de Responsabilidad Penal Juvenil de Bahía Blanca, que ordenó un allanamiento en una vivienda de la calle 9 de Julio, en Pehuen Co.
Allí la policía incautó ropa manchada con pintura y elementos relacionados con el incendio y las pintadas. Según relató el secretario de Seguridad de Coronel Rosales, Gabriel Álvarez, la resolución fue rápida gracias a las cámaras de seguridad, las redes sociales y testimonios de vecinos.
“El hecho se esclareció muy rápido”, explicó Álvarez. “Se detectaron marcas muy particulares y, tras un seguimiento en redes, encontramos suficiente material para solicitar el allanamiento”.
El adolescente confeso
El autor del ataque resultó ser un adolescente de 15 años, residente de la villa balnearia. El joven habría confesado ante su madre y su abuelo ser responsable tanto de las pintadas como del incendio. Fue su propio abuelo quien, conmovido por la confesión, radicó la denuncia en la comisaría local.
Horas después, el menor publicó en Instagram un video en el que ingería pastillas y mostraba una soga, en lo que parecía un intento de suicidio. La policía lo halló semiconsciente en un camping y lo trasladó al hospital de Punta Alta, donde se le practicó un lavaje de estómago.
Los investigadores no descartan su derivación a un centro de salud mental.
Una de las pintadas diabólicas en la capilla
El trasfondo musical y simbólico, en Halloween
Durante la investigación, las autoridades confirmaron que el adolescente era seguidor del black metal, un subgénero musical nacido en Noruega en los años 80 y asociado en sus inicios con posturas anticristianas y nihilistas.
El hallazgo de las pintadas y los símbolos satánicos recordaron a los casos de incendios de iglesias noruegas perpetrados por fanáticos del género a comienzos de los años 90.
En aquel entonces, músicos de bandas como Burzum, Mayhem, Darkthrone o Emperor fundaron el grupo “Inner Circle”, responsable de la destrucción de más de cincuenta templos medievales de madera. Los ataques fueron una mezcla de provocación estética y fanatismo religioso.
La quema de la capilla en Pehuen Co reproduce, de forma local y trágica, una imitación de esos hechos ocurridos tres décadas atrás en Europa. Mientras, el silencio ensordecedor del Gobernador Axel Kicillof que ni se pronunció sobre el hecho, también sorprende. O no.
La historia y el valor de la Capilla Sagrada Familia
Construida en 1957 por la arquitecta Beatriz Marseillán, la Capilla Sagrada Familia fue uno de los primeros templos del balneario. Sus paredes estaban hechas con piedras traídas como lastre por el barco La Soberana, encallado en la costa en 1879.
Durante décadas fue el centro de las celebraciones religiosas y comunitarias: misas, bautismos, casamientos y encuentros vecinales. En 2004, la comunidad local promovió una ampliación en el marco del cincuentenario de su fundación.
El dolor de una comunidad y un “signo de esperanza”
Desde Punta Alta, el padre Adán Caraballo expresó su profundo dolor por la pérdida del templo:
“El techo se derrumbó, solo quedaron las columnas. Es una situación muy dolorosa para toda la comunidad de Pehuen Co. Les pido que nos acompañen con la oración, para mantenernos unidos en la fe”.
El sacerdote relató la emoción de los feligreses que habían contribuido durante años a levantar la capilla. “Muchos de ellos hoy lloran frente a sus ruinas. Es terrible”, lamentó.
Hechos inexplicables o milagro en medio del fuego
En medio de la destrucción de una capilla que guardaba al Señor, ocurrió algo que para muchos católicos ya no sorprende: la preservación de la Santa Eucaristía:
El Padre Caraballo destacó un hecho que definió como “milagroso”: la llave del Sagrario, el lugar donde se guardan las hostias consagradas, fue hallada intacta. Al abrirlo, descubrieron que los óleos sagrados y las formas eucarísticas no se habían dañado, pese a que todo el mobiliario circundante había ardido.
Además, una imagen de la Virgen quedó intacta entre las ruinas, “como si el fuego se hubiera detenido ante ella”.
El Sagrario intacto, en medio del fuego que lo destruyó todo
Una herida abierta y muchas preguntas
El ataque a la Capilla Sagrada Familia no solo dejó una pérdida material y espiritual, sino también una herida profunda en la identidad de Pehuen Co.
La comunidad, conocida por su tranquilidad y su vida en torno al turismo familiar, intenta ahora entender cómo un adolescente pudo ser arrastrado por una cultura de odio simbólico, nihilismo y oscuridad en medio de una fiesta demoníaca como Halloween (que es necesario repetirlo la venden como “inocente”).
Mientras la justicia avanza en la causa, vecinos y fieles trabajan para reconstruir el templo y recuperar la paz. En palabras del padre Caraballo:
“El fuego destruyó la capilla, pero no nuestra fe. De esas cenizas, volveremos a levantarla”.
