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Hamburgo: Eliminación de clases de música porque se considera “pecado” en colegios públicos bajo presión islámica

Una medida polémica en el corazón del sistema educativo alemán

En Alemania, como en varios países europeos, la ola inmigratoria musulmana está cambiando las reglas sociales, ante la falta de integración de estas comunidades a la cultura de los países que los acogen. Y ya se ven los efectos concretos; y sorprendentes.

En Hamburgo, una de las ciudades más importantes de Alemania, algunos colegios públicos han comenzado a retirar las clases de música de su calendario escolar, luego de que sectores musulmanes las calificaran como “haram”, es decir, un pecado dentro de su tradición religiosa. La medida, aunque todavía limitada a ciertos centros educativos, ha desatado un intenso debate social y político sobre el lugar que deben ocupar las convicciones religiosas dentro de la educación pública y el respeto a los valores fundamentales del país.

De acuerdo con medios locales, la decisión no fue tomada de manera oficial por el Ministerio de Educación, sino como respuesta a tensiones que se venían registrando en las aulas. La música, parte integral de la formación artística en Alemania, ha pasado a convertirse en el centro de una disputa cultural que expone la dificultad de conciliar la diversidad religiosa con la tradición académica de un sistema laico.

 

Intimidaciones y discriminación en las aulas

La senadora de Educación de Hamburgo, Xenia Bequeres, reconoció públicamente la existencia de episodios de violencia verbal e intimidación protagonizados por algunos alumnos musulmanes contra compañeros que no comparten esa visión. En especial, estudiantes alemanas habrían sido objeto de señalamientos por participar en clases de música o actividades artísticas, acusadas de no pertenecer al “entorno escolar” o de ir contra los preceptos religiosos de sus compañeros.

Estas denuncias han generado alarma en las comunidades religiosas de la ciudad, no solo en los ámbitos cristianos y judíos, sino también dentro de sectores musulmanes moderados que rechazan la instrumentalización del islam para justificar actos de discriminación. Representantes de distintas confesiones mantuvieron reuniones con las autoridades educativas para pedir que se defienda la libertad de enseñanza y que se garantice la protección de todos los estudiantes frente a presiones de carácter religioso.

Bequeres fue categórica al afirmar: “Es la hora de decir que estos ataques no son tolerables”. Al mismo tiempo, reconoció que, aunque los casos detectados aún no son masivos, tienen un nivel de gravedad suficiente como para exigir una respuesta institucional clara y firme, ante la eliminación concreta de clases de música, que instituciones educativas están eliminando.

 

El dilema entre libertad religiosa y valores educativos

Pero el problema de fondo que se abre con esta situación es mucho más profundo que la simple eliminación de una materia en algunos colegios. El debate enfrenta dos principios que Alemania ha buscado equilibrar en las últimas décadas: la defensa de la libertad de culto y la protección de los valores centrales de su sistema educativo, que se basa en la igualdad, el respeto mutuo y la formación integral de los alumnos.

Quienes se oponen a retirar las clases de música argumentan que ceder ante estas presiones implica sentar un precedente peligroso. La música, sostienen, no es solo una asignatura más, sino un componente esencial de la cultura alemana y europea, que contribuye al desarrollo cognitivo y creativo de los estudiantes. Renunciar a ella por imposiciones religiosas equivaldría, según estas voces críticas, a erosionar los cimientos de una educación pública que debe ser plural, inclusiva y libre de coerciones externas.

Por otro lado, algunos sectores defensores de la medida alegan que es necesario evitar conflictos en las aulas y respetar las convicciones de los estudiantes musulmanes y sus familias. Sin embargo, la pregunta que se impone es hasta qué punto la educación pública debe adaptarse a las exigencias de determinados grupos religiosos, especialmente cuando ello afecta a la formación de todos los alumnos y al principio de neutralidad del Estado, cuando es el mismo Estado el que ha eliminado, so pretexto religioso, casi toda referencia al cristianismo de las aulas, paradójicamente.

 

Un debate abierto en la sociedad alemana

La controversia en Hamburgo refleja un fenómeno que no es exclusivo de esa ciudad, sino que forma parte de un debate más amplio en Alemania y en Europa: cómo integrar comunidades de diferentes tradiciones culturales y religiosas sin renunciar a los valores democráticos ni a las libertades individuales. ¡Y a la propia cultura alemana, que se cimienta en los valores de la Iglesia, aún! Pero el problema que Alemania (y tantos otros países aún no ven) es que es casi imposible integrar a grupos religiosos que no desean integrarse, justamente. Lo que buscan, y ya lo han hecho en varios países, es transvasar su cultura y pretender luego imponerla al resto. Desde feriados especiales, rezo público a la Meca, aún en medio de las calles, o imposición de reglas cívicas musulmanas (como ya pasa en barrios franceses y belgas), ¡…o la supresión de clases de música! Como en Hamburgo.

En el país de Bethooven, eliminar la música porque es pecado suena a mal chiste. Y aunque la eliminación de las clases de música, por ahora en pocos colegios, puede parecer un hecho menor, simboliza un conflicto mayor a mediano plazo. La tensión entre tradición cultural y presión religiosa radical que ejerce el islam pone a prueba la capacidad de las instituciones para sostener la convivencia sin sacrificar los principios que definen a la sociedad alemana.

En última instancia, lo que está en juego no es solo la música en las aulas de Hamburgo, sino la integridad misma de la cultura y la sociedad alemana, inevitablemente apegada a los valores europeos cristianos, que sus gobiernos sucesivamente fueron intentando suprimir, trágicamente. Hoy ya hay una reacción de la propia sociedad que está despertándose, en defensa propia.

Hamburgo: Eliminación de clases de música porque se considera “pecado” en colegios públicos bajo presión islámica
El Cristiano 6 de octubre de 2025
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