Ataque durante el Día de la Hispanidad
En pleno Día de la Hispanidad, dos activistas del grupo Futuro Vegetal vandalizaron el cuadro Primer Homenaje a Cristóbal Colón, del artista José Garnelo y Avia (1866-1944), expuesto en el Museo Naval de Madrid. Las mujeres arrojaron pintura biodegradable sobre la obra y fueron detenidas inmediatamente por la Policía Nacional.
La reivindicación en redes sociales
A través de su cuenta en la red social X (antes Twitter), el grupo Futuro Vegetal se adjudicó el acto vandálico y justificó su accionar con un mensaje ideológico: “Actuamos. Lanzamos pintura biodegradable al cuadro en el Museo Naval. La celebración del 12 de octubre es la celebración de siglos de opresión, explotación y genocidio de la población originaria.”
Tras ser interrogadas por las autoridades, las dos activistas quedaron a disposición de la Justicia, acusados de un delito contra el patrimonio cultural.
Futuro Vegetal se autodefine como un movimiento de desobediencia civil que busca denunciar la crisis climática y que “hay que actuar como si estuviésemos en una emergencia”.
Sin embargo, su forma de “actuar” ha sido arrojar pintura a una obra histórica que forma parte del acervo cultural español. El cuadro representa el momento del desembarco de Cristóbal Colón en la isla de Guanahani, inspirado en las descripciones del Diario de Colón.
Atentado contra la memoria histórica que no se borra
El ataque al cuadro de Garnelo y Avia no sólo es un atentado contra una obra artística, sino también una ofensa ineficaz al legado hispano. Cada 12 de octubre se recuerda un proceso histórico, que aunque durante años se quiso tergiversar, sigue perdurando en la unión de pueblos bajo una misma lengua, cultura y fe que dio origen a la civilización hispanoamericana.
Frente a siglos de “leyenda negra”, la Hispanidad, que es mucho más que el idioma, la fe católica y los lazos culturales entre América y España, continúa siendo la mayor empresa humana realizada en el mundo.
La Hispanidad, un legado que perdura
La figura de Cristóbal Colón se alza como uno de los hitos más trascendentes de la historia universal. Su travesía abrió el camino a una empresa única: la aventura colonizadora de España, incomparable en su propósito y en su espíritu. No fue una conquista de exterminio, como las emprendidas por otras potencias del norte, sino una misión civilizadora y evangelizadora, guiada por la Cruz y la palabra del Evangelio.
Desde la Corona española se impulsó el mestizaje, se fundaron ciudades, universidades y cabildos, y aquellas vastas tierras no fueron tratadas como colonias, sino como Reinos de Indias, cuyos habitantes eran reconocidos como súbditos del mismo monarca, tan españoles como los nacidos en Castilla.
Esa gesta —realizada entre tormentas, selvas y océanos desconocidos— fue una hazaña espiritual y humana sin parangón, una epopeya que unió pueblos y forjó una cultura que aún late en cada rincón de Hispanoamérica.
Y aunque los enemigos de la verdad intenten borrarla bajo el velo de la leyenda negra, la Hispanidad permanece viva, luminosa, como un fuego que no se apaga: una herencia de fe, lengua y destino común. Hoy, más de quinientos años después, su legado cultural y espiritual sigue encendiendo una luz para toda la Humanidad.
¡Viva la Hispanidad, Viva Cristo Rey!