Victoria inesperada frente a la adversidad
Pese al hostigamiento mediático, la campaña de denuncias, los intentos de corrida cambiaria y las derrotas políticas sufridas en las últimas sesiones del Congreso, el presidente Javier Milei y su plan de ajuste lograron superar su primera prueba electoral de alcance nacional.
Lejos de rendirse ante un clima que anunciaba derrotas, los ciudadanos apoyaron el proyecto libertario y la continuidad del liderazgo presidencial, desafiando la resistencia de los sectores corporativos y las expectativas negativas.
Referéndum de confianza en el gobierno
La elección se interpretó como un referéndum en favor del nuevo orden económico, la lucha contra la inflación, el recorte del gasto público y la restricción monetaria. Los resultados fueron sorprendentes y contundentes: los libertarios triunfaron en la mayoría de los distritos, mientras que el peronismo —K y no K— solo mantuvo mayorías importantes en Formosa y Santiago del Estero.
La provincia de Buenos Aires destacó especialmente: hace poco más de un mes Milei había sufrido una derrota allí, pero ahora Diego Santilli, reemplazando a Espert, sin posibilidad de reimpresión de voto (iba la cara del economista) superó a Jorge Taiana por un 0,63% de los votos. Que ni lo imaginaban los más entusiastas, luego de la derrota provincial y el escándalo de Espert.
Impacto parlamentario
La renovación de Cámaras también reflejó la contundencia de los resultados. En el Senado, LLA triplicará su representación y, junto al PRO, alcanzará un tercio suficiente para bloquear insistencias opositoras. En Diputados, el bloque propio permitirá no solo sostener los vetos del Ejecutivo, sino también limitar el quorum opositor en sesiones contrarias a la Casa Rosada.
Este nuevo escenario promete mayor gobernabilidad y estabilidad macroeconómica, factores clave para consolidar las políticas implementadas.
Reacción positiva de los mercados
El impacto se reflejó inmediatamente en los mercados: tras la victoria del Gobierno, los activos argentinos abrieron con fuerte alza, los ADR subieron hasta 46% y los bonos en Wall Street aumentaron 25%.
El dólar descendió y lo sigue haciendo, en una primera jornada donde el precio del dólar blue cayó a $ 1.400. El riesgo país sigue su misma tendencia, con analistas estimando posibles caídas de hasta 600 puntos.
Está claro que los que apostaron en contra de la Argentina; al dólar, perdieron.
Sentido común de la ciudadanía
El respaldo popular demostró que la sociedad frenó ante el abismo y no aceptó la estrategia de la dirigencia peronista, que buscaba dinamitar la estabilidad. Muchos votantes del peronismo, aunque apoyaron al PJ en elecciones provinciales, optaron por respaldar a Milei en el plano nacional, reflejando el rechazo al desastre económico del kirchnerismo.
La boleta única y la transparencia
El estreno de la boleta única también tuvo un rol clave en el resultado. Sin punteros, sin voto cadena y con menos margen para irregularidades, el sistema permitió una elección más transparente y eficiente. El ahorro fue multimillonario: mientras antes se imprimían casi 70 boletas por elector, en esta elección se utilizaron solo 1,5 por persona, eliminando las maniobras conocidas de las boletas partidarias, además. El negociado de las imprentas con los cabecillas de algunos partidos políticos se acabó. De hecho, para una elección como esta, con el sistema anterior se debería haber impreso 2.780 millones de votos, contra los sólo 60 millones que se imprimieron con la boleta única papel.
Un crédito condicionado al compromiso
La ciudadanía otorgó un voto de confianza al gobierno, reconociendo los esfuerzos por recuperar estabilidad, eficiencia, seguridad y educación, y alejarse de fantasías ideológicas, populismo y agendas globalistas.
Pero el respaldo no es un cheque en blanco: implica responsabilidad, compromiso con más transparencia, ajuste del rumbo y apego a los valores de nuestros próceres. El desafío ahora es consolidar políticas de Estado que aseguren un futuro más estable para hijos y nietos, retomando la senda de la Argentina fuerte y soberana que muchos añoran. Esa que se hizo con el esfuerzo de todos y cada uno de los argentinos de bien; con los millones que llegaron a principios de 1900 para sumarse, con más trabajo y sueños, como nuestros abuelos.