Una intervención militar
En estas páginas señalamos la matanza en Nigeria de cristianos. Un genocidio silenciado por los medios de comunicación masivos en occidente. Y señalábamos, como lo hizo el Papa León XIV, el necesario auxilio de las naciones de Occidente.
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió este sábado que podría ordenar una intervención militar en Nigeria en respuesta al “asesinato sistemático de cristianos” por a grupos de islamistas radicales en el país africano.
“Estados Unidos bien podría entrar en ese ahora vergonzoso país pegando tiros para erradicar completamente a los terroristas islámicos que están perpetrando estas horribles atrocidades”, publicó Trump en su red social Truth Social, plataforma de su propiedad.
El mandatario aseguró además haber ordenado al Departamento de Guerra que se prepare para una posible acción militar.
“Si atacamos, será rápido, violento y dulce, igual que los ataques de los matones terroristas contra nuestros queridos cristianos”, escribió.
Trump acompañó su mensaje con una advertencia directa al gobierno nigeriano:
“¡Que el Gobierno nigeriano se mueva rápidamente! De lo contrario, interrumpiremos de inmediato toda ayuda a Nigeria si sigue permitiendo el asesinato de cristianos”.
Nigeria, un país en la mira
Durante los últimos años, Nigeria ha sido escenario de una creciente ola de violencia religiosa, especialmente en el norte del país, donde operan grupos extremistas como Boko Haram y las milicias vinculadas al Estado Islámico de África Occidental (ISWAP).
Organizaciones cristianas locales e internacionales denuncian ataques sistemáticos contra aldeas, iglesias y comunidades cristianas, que se cobran la vida de miles de muertos y desplazados cada año. Sin embargo, la cobertura mediática internacional ha sido escasa, algo que críticos califican como “un genocidio silenciado”.
Trump, que ya durante su presidencia (2017-2021) se había mostrado crítico con la falta de acción internacional en la región, retomó el tema con un tono aún más confrontativo.
“Una amenaza existencial para el cristianismo”
El mandatario estadounidense declaró esta semana que ha designado oficialmente a Nigeria como “país particularmente preocupante”, una categoría que habilita sanciones, suspensión de ayuda militar y restricciones de viaje a funcionarios nigerianos.
“El cristianismo se enfrenta a una amenaza existencial en Nigeria. Miles de cristianos están siendo asesinados. Los islamistas radicales son responsables de esta masacre”, afirmó Trump.
Y mencionó cifras que comparan la magnitud de la violencia religiosa:
“Cuando se masacra a cristianos, o a cualquier otro grupo, como está ocurriendo en Nigeria (3.100 muertes frente a 4.476 en todo el mundo), hay que actuar. Estados Unidos no puede permanecer impasible mientras se cometen tales atrocidades”.
La respuesta del gobierno nigeriano
El presidente de Nigeria, Bola Tinubu, respondió a las declaraciones de Trump. Aseguró que “no refleja la realidad religiosa del país” y que Nigeria es una “democracia con garantías constitucionales que defiende firmemente la libertad religiosa”. Pero la realidad es que hasta hoy, nada hace por la vida de las innumerables víctimas.
Tinubu, que es musulmán y practicante, también expresó su disposición a mantener el diálogo y la cooperación con Washington, afirmando que el gobierno nigeriano está comprometido con la protección de “todas las comunidades y religiones”.
Entierro de cristianos asesinados por el islam. Mientras, el gobierno de Tinubu mira indiferente
Un conflicto de fondo: fe, política y geoestrategia
Más allá de la retórica, el anuncio de Trump reaviva un debate geopolítico y religioso de largo alcance. Nigeria es el país más poblado de África, con más de 220 millones de habitantes, y una población dividida casi por partes iguales entre cristianos y musulmanes, que han crecido en número notoriamente en los últimos años, y avanzado políticamente imponiendo sus reglas sociales.
El crecimiento del islam en Nigeria en los últimos 40 años se debe a factores como el resurgimiento islámico en respuesta a la inestabilidad socioeconómica y política, la rápida expansión de la población y, particularmente en el norte, la adopción de la Sharia como código legal en varios estados desde 1999.
El planteo de Trump introduce un nuevo elemento: la posibilidad de que Estados Unidos intervenga directamente en nombre de la defensa de los derechos humanos y la libertad religiosa.
Masacre en iglesia católica en Nigeria (foto Vatican News)
Los datos del genocidio en Nigeria
- Más de 7.000 muertos en 2025: Diversos medios y ONGs, como Open Doors y Christian Daily, reportan que el número de cristianos asesinados en Nigeria durante 2025 ya supera las 7.000 personas, con un promedio de aproximadamente 30 muertes por día.
- Secuestros: En el mismo período de 2025, se estima que unas 7.800 personas cristianas han sido secuestradas violentamente.
- Masacres recientes: En los últimos meses de 2025, se han reportado masacres específicas, como una en junio que causó la muerte de 200 cristianos en una aldea. En abril, más de 50 cristianos fueron asesinados en el estado de Plateau.
- Contexto a largo plazo: La violencia se extiende a lo largo de muchos años. Un informe menciona que entre 2010 y octubre de 2025, más de 185.000 practicantes del cristianismo fueron asesinados en el país. Otra cifra de Open Doors indica que 15.000 iglesias en Nigeria han sido atacadas o dañadas en los últimos 15 a 20 años.
¿Finalmente habrá una solución a tantas muertes?
La advertencia de Trump sobre Nigeria se inscribe en su estrategia de reafirmar el liderazgo estadounidense desde una perspectiva cristiana y nacionalista, en un contexto internacional marcado por conflictos religiosos y por la creciente inestabilidad en África.
Mientras tanto, las comunidades cristianas en Nigeria siguen denunciando la impunidad de los ataques y reclamando protección ante un Estado que no logra frenar la barbarie.
Trump, fiel a su estilo directo y confrontativo, ha vuelto a poner el tema sobre la mesa global. Resta ver si sus palabras serán un gesto político o el preludio de una nueva política exterior norteamericana basada en la defensa de los valores occidentales y cristianos, ante el islam radical que se extiende con su rastro de sangre. Veremos si el globalismo socialdemócrata, que hoy está también está cuestionado por sus políticas y padece atentados a diario, reacciona en la misma dirección, en defensa de las familias nigerianas cristianas.