El pasado viernes 10 de octubre, un hombre cuya identidad o motivaciones no han sido facilitadas subió hasta el altar mayor de la basílica de San Pedro para, tras bajarse los pantalones, orinar o simular el acto de hacerlo.
Fue retirado por el personal de seguridad del Vaticano, en el tercer incidente de gravedad y del mismo tipo del que se ha tenido noticia en los últimos dos años.
Antecedentes
El 1 de junio de 2023, un hombre de nacionalidad polaca y con las facultades mentales perturbadas se desnudó y se subió al mismo altar bajo el baldaquino, paseándose por él con un lema pintado en la espalda, Salvad a los niños de Ucrania.
El 7 de febrero de 2025, el altar sufrió un ataque violento por parte de un hombre de nacionalidad rumana unos cuarenta años de edad que pateó y derribó seis candelabros dorados del siglo XIX antes de ser reducido.
Acto de reparación
Tal y como sucedió en 2023, el cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica de San Pedro y vicario general del Papa para la Ciudad del Vaticano, presidió este lunes un rito penitencial de reparación por la última profanación.
El Papa recibió a Gambetti a las pocas horas de la profanación expresándole "asombro y amargura" por lo sucedido, e instándole a un acto de reparación inmediato, según prevé el Derecho Canónico.
El rito, en el que participaron los miembros del capítulo de la basílica comenzó con una procesión al mediodía, tras la cual el cardenal roció con agua bendita el altar y lo incensó para purificarlo.
Un momento del acto penitencial por la profanación del altar mayor de San Pedro.
En declaraciones, el padre Enzo Fortunato, director de comunicación de la Basílica de San Pedro, destacó que el ceremonial de desagravio supone una petición de perdón por la ofensa para devolver la santidad al lugar sagrado.
Fuente: Religión en Libertad