Un embarazo inesperado y una decisión valiente
Una joven de 13 años se enfrentó a una situación desafiante cuando descubrió que estaba embarazada. Junto a su novio de 15 años, decidió interrumpir la gestación. Sin embargo, al momento de realizar el procedimiento, la adolescente cambió de opinión. Se levantó de la camilla y decidió seguir adelante con el embarazo, a pesar de las dificultades que podría enfrentar. Su novio, incapaz de asumir la responsabilidad, la dejó sola en ese momento crucial.
El apoyo de la familia y el nacimiento de Fernando
A pesar del abandono, la joven encontró respaldo en sus padres, quienes la acompañaron en el proceso. Con su apoyo incondicional, dio a luz a su hijo, a quien llamó Fernando. Con el tiempo, cuando consideró que era el momento adecuado, le contó a su hijo la verdad sobre su nacimiento.
"Elegiste darme la vida"
Lejos de resentirse, Fernando comprendió el amor y la valentía de su madre. "Mamá, vos podías haberme matado o darme la vida, y elegiste darme la vida. Eso nunca lo voy a olvidar", le dijo. Con esa gratitud y respeto hacia su madre, Fernando Cavenaghi no solo se convirtió en un futbolista exitoso, sino en un hombre comprometido con el bienestar de los niños, con la Fundación Cavenaghi.
Un ejemplo dentro y fuera de la cancha
Con una carrera destacada en el fútbol profesional, Cavenaghi también ha dejado huella fuera de las canchas. A través de su fundación, ha trabajado para ayudar a niños en situación vulnerable, demostrando que la gratitud y el amor pueden transformar vidas.
La historia de Cavenaghi nos recuerda que cada vida tiene un propósito y que las decisiones tomadas con amor pueden generar un impacto inmenso en el futuro.
Opción por la vida
Así como la mamá de Fernando, con sólo 15 años, decidió tener a su hijo, hay miles de jóvenes que hoy son adoctrinadas por personas que desprecian la dignidad humana que se inicia en el vientre materno. Unico e irrepetible, como Fernando Cavenaghi, que gracias a su valiente mamá, que lo tuvo, nos deleitó con su fútbol excepcional, y hoy nos sigue brindando su humanidad desde sus obras de bien por los más indefensos.
Nosotros también podemos optar por la vida. Y apoyar la derogación del aborto de nuestra Argentina, para que nunca más descartemos niños por nacer. Este 20 de Marzo marchamos los argentinos de bien por la vida. Nadie puede faltar. Un niño que salvemos con nuestra presencia y compromiso social habrá valido la pena. Y mandaremos un mensaje valioso para derogar el aborto para siempre, con la ayuda de Dios.
