A pocas horas de que alumnos planearon una masacre en una escuela de Ingeniero Maschwitz, un grupo de estudiantes de un colegio de Mar del Plata amenazó con matar a un compañero con un arma de fuego, al tiempo que un padre fue imputado.
Fuentes periodísticas locales informaron que los adolescentes de sexto grado organizaban vía WhatsApp un "tiroteo" en la escuela Jesús María, situada en la calle Estado de Israel al 3000.
En un video, uno de los alumnos exhibía una pistola calibre 32 mientras decía: "Ranchito con eso le vamos a dar, que no se regale". La filmación fue compartida en un grupo de WhatsApp y llegó a los padres, quienes realizaron la denuncia.
En ese contexto, el fiscal del Fuero de Responsabilidad Penal, Walter Martínez Soto, ordenó la notificación de la formación de una causa al padre de uno de los menores por "Averiguación de ilícito" y la incautación de la pistola.
El caso de Ingeniero Maschwitz.
Alumnos de una escuela de Ingeniero Maschwitz planificaron por WhatsApp también realizar una masacre y hay temor entre la comunidad educativa frente al conocimiento de los crudos mensajes enviados en el grupo.
"Después de que matemos a los demás hacemos un recorrido por la escuela para ver si quedó alguien con vida", dice uno de los mensajes enviados al grupo.
En el chat los estudiantes de la Escuela Media Nº4 de Ingeniero Maschwitz organizaron un ataque y manifestaron que asesinarán a "quien toque".
"Bueno, esto es así. Vamos a entrar por la entrada principal como siempre y luego irán dos arriba y dos abajo… acá no es que ustedes elijan a quien mierda le van a disparar, persona que ven, persona que le disparan sin importar el que le toca. ¿Okey? No quiero que se arrepientan a último momento. Si es así créanme que no me gusta gastar mi tiempo. Ya sea estando en la escuela, lo siento mucho, pero los disparos no serán solo para los estudiantes, si no para el que se arrepiente también", expresa un mensaje en el grupo "Tiroteo escolar" donde hay cerca de 10 alumnos.
El caso del adolescente que robó un celular a su compañero
Recordemos que ya, como otro ejemplo más, el año pasado en La Plata, un adolescente llevó una pistola al colegio para robarle el celular a su compañero de curso y, a raíz de esta situación, el padre del dueño del teléfono hizo una denuncia policial.
El hecho delictivo sucedió en las inmediaciones del ingreso de la Escuela Técnica N.º 5 en La Plata cuando, momentos previos al ingreso a clases, el alumno le pidió el celular a otro para sacarse fotos.
La situación se volvió tensa cuando el estudiante, en vez de devolverle el celular, un iPhone 8, se fue junto a un amigo. Ante esta situación, el dueño del teléfono los persiguió hasta que el adolescente que se había llevado el celular, se volteó y le mostró un arma de fuego que llevaba en la cintura.
La violencia es parte de la sociedad actual, lo sabemos ya. Pero es preocupante que los niños y adolescentes sean protagonistas, incluso, en el ámbito escolar. La sociedad anestesiada, tal vez, ya supo de situaciones parecidas, incluso masacres, en instituciones educativas de EEUU o Europa.
La violencia que vemos (y vivimos) es agigantada por las pantallas. Es como un virus, donde los noticieros, las redes sociales y hasta las series de Netfix nos presentan casos y ficciones donde niños y adolescentes son protagonistas.
Por otro lado, la realidad nos impacta en la cara con los soldaditos del narcomenudeo. Chicos que los inician en el narcotráfico y la violencia, y más de uno termina muy mal. Pero muchos escalan en la mafia. Las villas y los barrios son testigos de la violencia juvenil.
¿Qué vamos a hacer como sociedad?
No alcanza con bajar la edad de imputabilidad para casos como los que hemos visto en estos días. Debemos realizar un cambio profundo. Necesitamos que todos, no sólo el Estado, realicemos la cura a tanto virus de violencia que nos habituamos a consumir, y que visto por nuestros joven y normalizado, incluso por las ideologías que reivindican a violentos, lo toman como normal y lo hacen propio.
Necesitamos que los padres de familia hagan la tarea de hablar con los hijos. De inculcarles valores. Menos celulares (donde la mayoría no saben que hacen los chicos, como el caso de los padres de la escuela de Ingeniero Maschwitz), menos salidas sin control parental. Pero también mas campañas para reinstalar esa sociedad donde la ética, el bien común, la educación y el mérito son premiados. Volver a valorar a la familia como célula de la sociedad, porque de eso se trata.
Hay países que ya vivieron lo que hoy nos pasa. Y algunos están volviendo a la promoción de los valores familiares y religiosos que iluminaron la paz y la justicia en Occidente. ¿Será posible? De nosotros depende. Nuestros hijos nos lo agradecerán tarde o temprano.
Grave: Se multiplican los casos escolares de amenazas y violencia entre adolescentes