En un mundo donde la innovación es el motor del desarrollo, surge una pregunta clave: ¿estamos descubriendo y formando a las mentes más brillantes desde temprana edad? Esta es la propuesta de la emergente economía del talento, una visión que busca identificar a los genios ocultos y brindarles las oportunidades necesarias para transformar el futuro.
Como Messi, pero en ciencia
“Para jugar como Messi, se necesita talento natural, pero también que alguien te descubra a tiempo y te entrene bien”, explica el economista Ruchir Agarwal. Para él, lo mismo sucede con las mentes brillantes en matemáticas y ciencias. Si no se detectan y acompañan a tiempo, el mundo pierde potencial innovador.
Desde Estados Unidos, Agarwal impulsa el Fondo Global de Talento (Global Talent Fund*), una organización sin fines de lucro que busca identificar adolescentes sobresalientes y apoyarlos para que accedan a una educación de primer nivel. Su campo de trabajo se enmarca en lo que ya se perfila como una nueva rama económica: la economía del talento.
Detectar el genio antes de que sea tarde
En noviembre de 2023, Cambridge (EE.UU.) fue sede del primer foro internacional sobre esta disciplina, organizado junto a la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER). Allí, expertos debatieron cómo detectar a tiempo a jóvenes excepcionales y potenciar sus habilidades.
El Fondo Global de Talento, creado con apoyo filantrópico, ya está actuando. Su programa insignia, BIG, otorga becas a adolescentes ganadores de medallas en Olimpiadas Internacionales de Matemáticas, permitiéndoles estudiar en universidades de elite como Oxford o Cambridge.
Más allá de los premios: formar líderes
Agarwal señala que uno de los mayores desafíos es identificar el talento a edad escolar. Hasta ahora, se han enfocado en medallistas de competencias científicas, sin importar su país de origen. Sin embargo, están buscando nuevas vías para ampliar ese radar.
Además del rendimiento académico, consideran cualidades como liderazgo, espíritu colaborativo y deseo de contribuir al bien común. "Estamos buscando a los nuevos Einstein o Marie Curie", dice con convicción.
El costo de perder una mente brillante
La organización ya envió a su primera generación de jóvenes becados al exterior. Pero, ¿por qué esta misión es tan urgente?
“El mundo pierde cuando un joven con capacidad para revolucionar la medicina o la energía nunca encuentra los mentores, redes o financiamiento que necesita”, explica Agarwal. El problema es más grave en países en desarrollo, donde el 90% de los jóvenes del mundo vive, pero pocos ganan premios científicos globales.
¿Y si el talento no regresa?
Sin embargo, esta apuesta también abre un debate: ¿vale la pena invertir en formar genios si luego no regresan a sus países de origen?
La llamada “fuga de cerebros” es una preocupación constante en América Latina, África y Asia. Muchos jóvenes, tras formarse en el exterior, no encuentran condiciones adecuadas para volver y desarrollarse, y terminan contribuyendo al crecimiento de otros países.
¿Genios solitarios o esfuerzos colectivos?
No todos los economistas aplauden esta visión centrada en individuos excepcionales. Y se insiste que el verdadero motor del progreso es la inversión pública y el trabajo colectivo, no el talento aislado.
Se sostiene que el niño genio no puede reemplazar a un ecosistema de ciencia, tecnología y educación pública sólida. Y cuando los recursos son escasos, surge la tensión: ¿a quién apoyar?
Un equilibrio necesario
La mayoría de los expertos coinciden en que se puede —y se debe— hacer ambas cosas: fortalecer los sistemas públicos de innovación y acompañar a las mentes excepcionales desde temprana edad.
En un mundo interconectado, permitir que el talento fluya sin fronteras puede beneficiar a toda la humanidad. Pero para que eso ocurra, necesitamos más que talento: hace falta visión, generosidad y políticas justas que valoren tanto al genio como al equipo que lo forma.
El talento argentino también espera su oportunidad
Argentina ha sido históricamente una usina de talentos en múltiples disciplinas, desde las ciencias hasta el arte. A pesar de las crisis recurrentes y de una dirigencia política que por décadas no logró dar rumbo al país, iniciativas como las que propone la economía del talento pueden ser una puerta para que muchos niños y jóvenes argentinos excepcionales encuentren el camino hacia su pleno desarrollo científico y académico.
"Está en el ADN argentino", SE suele decir con orgullo. Sin embargo, ese potencial necesita algo más que talento: requiere una educación de calidad en todos los niveles, capaz de formar en lugar de adoctrinar en género o feminismo radical, de despertar vocaciones en vez de sofocarlas. Las pruebas PISA y otros estudios educativos han mostrado con crudeza las debilidades de nuestro sistema: los chicos no aprenden lo que deberían, y eso duele.
Por eso, si queremos que los futuros "Einstein criollos" florezcan, debemos darles las oportunidades que necesitan. Y también cuidar y fortalecer a los equipos capaces de descubrirlos y acompañarlos. Argentina puede —y debe— aspirar a un “superávit educativo”: recuperar el nivel que alguna vez tuvo su sistema, reconocido entre los mejores del mundo. Porque nuestros chicos lo merecen. Y el futuro de Argentina también.
Fuente: www.globtalent.org.
Es una organización sin fines de lucro dedicada a apoyar a jóvenes talentos excepcionales, en particular a aquellos que destacan desde el principio pero enfrentan desafíos que limitan su potencial. Reconociendo que este talento a menudo impulsa la innovación y los avances científicos, el GTF se compromete a crear las oportunidades que estas personas necesitan para prosperar, en todas partes del mundo.