Cierta prensa de izquierda busca machismo o nacionalismo donde quizá sólo hay deseo de Dios
La Generación Z, también llamados "zoomers" o "centennials", son los nacidos entre 1995 y 2009. Hoy tienen entre 16 y 30 años. Han crecido con Internet y las redes sociales por doquier, en su bolsillo, en su móvil. Y, en Estados Unidos, varios indicadores señalan algo peculiar: en esta generación, los chicos son más religiosos que las chicas. Eso no pasaba en generaciones anteriores, y también era infrecuente en casi todos los demás países del mundo.
En septiembre de 2024, un análisis del New York Times citaba cifras del Survey Center on American Life: un 56 por ciento de chicas de esa generación se declaraban "sin religión", mientras que sólo un 46% de varones jóvenes se declaraban "sin religión" (hay que tener en cuenta que muchos de los que declaran eso sí creen en Dios, en Jesucristo, la vida eterna, etc...; al declararse "sin religión", muchos quieren decir, sobre todo, que no pertenecen a ninguna iglesia concreta, no se consideran metodistas, católicos, etc...)
Isaac Willour, un analista cristiano en la web sobre evangelización The Gospel Coalition, plantea ideas para explicarlo:
- "Los jóvenes se quedan en la iglesia porque creemos que la iglesia ofrece algo más que un espacio promasculino. Ofrece una antropología arraigada en la responsabilidad bíblica, en lugar de en la identidad terrenal".
- "Los jóvenes que se sienten marginados por una cultura donde resolver los problemas femeninos implica ignorar los masculinos se beneficiarán más de una cultura donde resolver los problemas terrenales signifique reorientarse hacia una filosofía celestial de propósito y vocación humana".
- "Para el hombre de la Generación Z, el que lucha contra la soledad o la privación de derechos o la pestaña de PornHub en la que es tan fácil hacer clic, la visión posmoderna de paridad de género impuesta, compartir la miseria basada en la identidad, es muy inferior a la visión cristiana de la igualdad, donde todos son uno en Cristo".
Pero hay analistas que no pueden entender que, simplemente, el cristianismo atraiga a los varones porque sea algo virtuoso, rete a crecen en el bien y dé sentido y propósito.
Para algunos (quizá tanto feministas como antifeministas) el factor feminismo-antifeminismo les parece importantísimo y lo juzgan todo por esta lente, sobre todo en EEUU, y añadiéndole polarización política (como en este país sólo hay dos partidos políticos, parecen empujar a creer que sólo hay dos opciones vitales).
Dicen que los varones, que no deberían sentirse muy atraídos por lo espiritual, se sienten atraídos por la religión hoy porque la ven como un bastión de la "vieja masculinidad" (concepto que no está nada clara en qué consiste, y que sólo pueden haber conocido en su casa, de niños, o en películas antiguas). Así, su "cristianismo" sería, básicamente, machismo, según estos críticos.
Unos jóvenes católicos en actitud orante en una de las Conferencias Steubenville que reúnen a miles de ellos en EEUU
Los varones jóvenes que "acuden en masa a la iglesia": exagerado
Eric Sentell, periodista especializado en temas religiosos, en un largo artículo para Medium titulado Por qué los hombres de la generación Z acuden en masa a las iglesias, enumera esa argumentación sin llevarla al extremo.
Hay que detallar que los hombres jóvenes "no acuden en masa a las iglesias", aunque hay un porcentaje que sí es practicante. En febrero de 2023 se divulgó el sondeo Investigación Elección Generación Z de la Fundación Familia Walton: detectó en diciembre de 2022 un 18% de jóvenes de entre 15 y 25 años que acudían a servicios religiosos al menos 1 vez a la semana, a los que se podía sumar otro 10% que acudía una o dos veces al mes. Así, habría un 28% de jóvenes que practican activamente su religión. Está bastante bien (sobre todo, comparando con Europa) no es "acudir en masa a la iglesia".
Otra cosa es que sí se observe en ellos más interés por la fe, algo más de práctica religiosa, y que los que venían de familias cristianas pueden, gracias a Internet, encontrar grupos, predicadores, comunidades o entornos afines a sus gustos. De hecho, un 39% decía en el mismo sondeo que la religión es "muy importante" para ellos.
Así, a medida que las chicas adoptaban el feminismo (o la guerra de sexos, como otras generaciones adoptaron la guerra de clases) iban abandonando la religión (o, al menos, la religión organizada en iglesias). Y ellas se hacían "más de izquierdas".
Los varones se habrían hecho más de derechas, y ahí se habrían empezado a mostrarse interesados en la religión.
En Estados Unidos la izquierda habla de "nacionalismo cristiano", como un patriotismo exagerado, que no tiene mucho que ver con Jesucristo y sí con el nacionalismo, el fervor por la nación, y tomar nota de todo tipo de agravios, de hoy o históricos (algo muy propio del nacionalismo... pero también del activismo woke).
Algunos medios hablan de los “TheoBros”, un grupo de pastores y comunicadores protestantes que encajarían, según ellos, con la "nacionalismo cristiano". Vistos desde Europa, algunos serían simplemente conservadores, y otros improvisan con cierto adanismo ideas de teocracia que mezclan con algo de misoginia y rebeldía libertaria. En el digital MotherJones intentan vincular a JD Vance (el presidente de EEUU, converso al catolicismo hace 6 años) en esta línea.
¿O eres woke, o eres nacionalista cristiano?
A falta de estudios serios, muchas de esas sospechas parecen toscamente binarias: o eres woke y feminista, o eres un nacionalista cristiano blanco que quieres tener mujeres esclavas como los malos de El Cuento de la Criada, que citan la Biblia para tener esclavas. (Del Islam, cuyo fundador sí tuvo esclavos y esclavas y que aún hoy mantiene la práctica con distintas fórmulas, no suelen hablar).
Cientos de miles de varones jóvenes en EEUU o en Europa o en otros países, hoy, como en los últimos dos mil años, podrían responder, simplemente, que Cristo les parece apasionante, un modelo de masculinidad, servicio y entrega, un modelo de lo que significa ser hombre, y que vale la pena seguirle, imitarle y amarle. La religión cristiana es algo mucho más grande que las obsesiones de la izquierda norteamericana actual.
Para entender qué atrae a los jóvenes de ambos sexos hacia el cristianismo no hace falta acudir a estas extrañas teorías. En Religión en Libertad planteábamos 15 claves propias de nuestra época que ayudan a entenderlo, algunos con elementos específicos del catolicismo (natalidad, inmigración, hartazgo vital, valorar lo presencial, música y otros factores).
Autor: Pablo J. Ginés
Fuente: Religión en Libertad