Un repliegue silencioso: menos abortorios en Iowa y Minnesota
La organización abortista Planned Parenthood anunció el cierre de ocho centros a lo largo del próximo año, distribuidos entre los estados de Iowa y Minnesota. Cuatro de ellos están ubicados en cada estado. Aunque las razones oficiales incluyen recortes presupuestarios, congelamiento de fondos federales y reestructuraciones internas, el telón de fondo es claro: las leyes provida comienzan a dar frutos concretos.
En Iowa, las nuevas restricciones —especialmente la ley del latido fetal, que prohíbe el aborto desde la sexta semana de gestación— han provocado una reducción del 40% en los abortos, según el Instituto Guttmacher. Como consecuencia, Planned Parenthood cerrará todos sus centros que ofrecían abortos en ese estado, incluyendo el de Ames, ubicado cerca de la Universidad Estatal de Iowa.
Una batalla desigual entre estados
Mientras Iowa fortalece su legislación en defensa del no nacido, Minnesota mantiene un enfoque opuesto. Aunque también cerrará cuatro centros, Planned Parenthood continuará funcionando en diez sedes dentro del estado, cinco de ellas ofreciendo abortos, principalmente en el área metropolitana de Mineápolis.
Este contraste refleja lo que se vive en Estados Unidos: un país dividido, donde la defensa de la vida depende del liderazgo local. Las palabras de Ruth Richardson, directora ejecutiva de Planned Parenthood North Central States, lo admiten indirectamente: "Hemos estado intentando sostener una infraestructura insostenible mientras el entorno cambia a nuestro alrededor".
Cuando los proyectos por la vida no prosperan
Pero no todas son buenas noticias. A pesar del cierre de centros abortistas, la defensa de la vida sigue encontrando obstáculos. En marzo, la Cámara de Representantes de Minnesota rechazó dos propuestas provida impulsadas por legisladores republicanos:
- La “Born Alive Rollback”, que buscaba asegurar atención médica a bebés que sobreviven a un aborto.
- La “Supporting Women Act”, que pretendía destinar fondos públicos a centros de ayuda a embarazadas en crisis.
Ambas fueron descartadas por la mayoría demócrata. La diputada Patricia Miller lamentó la decisión: “En lugar de apoyar la vida y ofrecer a las madres opciones reales, los demócratas convirtieron estos temas en un debate político”.
Un espejo para la Argentina
Si en los ámbitos provida siempre se dijo que la “resistencia” al aborto con March of Live de decenas de años en Estados Unidos era un ejemplo para Argentina después de la aprobación de la Ley de aborto, hoy hay más razones para ver paralelismos. Tanto allá como acá, los gobiernos nacionales han dado pasos valientes en favor de la vida: Trump desfinanció a Planned Parenthood, Milei ha dejado de comprar y entregar Misoprostol y suspendió EL Plan ENIA de promoción del aborto.
Sin embargo, algunas provincias y gobiernos locales siguen resistiendo. En Argentina, distritos como CABA y la provincia de Buenos Aires continúan impulsando políticas proaborto y disponiendo más partidas millonarias para la compra de pastillas abortivas, desoyendo el nuevo rumbo nacional.
¿Un cambio imparable?
A pesar de los obstáculos y la presión mediática, el cambio sigue firme. El cierre de centros de Planned Parenthood no es solo una reestructuración: es el síntoma de un país que, poco a poco, vuelve a mirar a la vida con respeto. ¿Podrán estos políticos cambiar y aceptar que cada vida vale? El desafío continúa… pero también la esperanza.
