El ganador del óscar Sir Alec Guinness es uno de los actores más reconocidos del siglo 20. Aunque apareció en muchas películas en su vida y ganó muchos premios, es conocido mundialmente por haber interpretado al Maestro Jedi Obi-Wan Kenobi en la trilogía original de Star Wars.
Nació en Londres en 1914 de una familia disfuncional, nunca supo quién fue su padre y vivía en pensiones con una madre que apenas se preocupaba de él. Guinness durante su juventud no tenía ningún interés en el catolicismo, no estaba seguro de lo que realmente quería sobre la religión, se desplazo por el anglicanismo, presbiterianismo, ateísmo, marxismo, budismo.
Mientras ensayaba para la obra Hamlet, un anglicano se acercó a él y le explicó que hacía mal la señal de la cruz y le mostró el modo correcto. Este encuentro tuvo un impacto espiritual en él, y recuperó algo de interés en el anglicanismo.
Pero en 1954 a los 40 años de edad otra experiencia lo llevó a considerar el catolicismo. Estaba en Francia trabajando en la película “Father Brown” (1954), basada en el famoso Sacerdote que resolvía crímenes creado por GK Chesterton. Tenía el rol protagónico y andaba vestido como Sacerdote Católico. Mientras caminaba por la calle, un niño del lugar lo confundió con un verdadero sacerdote.
La anécdota, que recoge Sir Alec Guinness en sus memoria y cita Joseph Pearce en su biografía, es la siguiente: "Mi amistad con Cyril Tomkinson había reducido considerablemente mi anticlericalismo, pero no mi anti-romanismo. Luego, llegó la película del Padre Brown y en el rodaje de exteriores, en Borgoña, tuve una experiencia de la que siempre me acuerdo con placer.
Al oscurecer estaba aburrido y, vestido con mi traje negro de cura, subí el arenoso y serpenteante camino hacia la aldea… No estaba muy lejos cuando oí unos pasos ligeros y una voz chillona diciendo: “¡Mon père!”. Un chico de unos siete u ocho años me cogió la mano, apretándola con fuerza, la balanceó y se puso a hablar sin parar. Estaba lleno de animación, saltaba y brincaba, y no me soltó. No me atreví a hablarle por si le asustaba mi espantoso francés. Aunque era un completo extraño, pensaba que era un sacerdote y por tanto alguien de fiar. De repente, con un “Bonsoir, mon père” y una especie de reverencia lateral, desapareció por un agujero en un seto. Había dado un alegre y seguro paseo hasta su casa y a mí me dejó con una extraña y tranquila sensación de júbilo. Mientras seguía mi paseo, reflexioné acerca de que una Iglesia que era capaz de inspirar una confianza total en un niño, haciendo que sus curas, aunque sean desconocidos, sean tan abordables, no podía ser tan intrigante y tenebrosa como se suele pensar. Empecé a desprenderme de mis prejuicios, adquiridos hacía mucho tiempo."
La confianza y el afecto del niño hacia los sacerdotes católicos tuvieron un profundo impacto en él y empezó a considerar seriamente el catolicismo.
Poco después ese mismo año, Guinness escribe en su diario: “Mi alma, mi cuerpo, mi cerebro languidecen necesitando religión. El mundo es demasiado inhóspito e inexpresivo sin un sentido de adoración”. A los meses su hijo Mateo contrajo polio y parecía estar cerca de la muerte, ya que medicamente el panorama no era alentador. Desesperado y buscando ayuda divina, Guinness comenzó a visitar una iglesia católica local para orar.
Guinness hizo un trato con Dios:
“Dios mío, si mi hijo se cura, me convierto al catolicismo, si quieres.”
Contra todas las expectativas Matthew se curó y Guinness se convirtió. Así lo explica en su autobiografía Blessings in Disguise (1985). Luego Guinness y su esposa inscribieron a Matthew en un Colegio Jesuita. Un par de años más tarde, a los 42 años de edad, Guinness, su esposa y su hijo se convirtieron al catolicismo. Guinness se hizo lector devoto de San Francisco de Sales, patrón de escritores y periodistas. También devoraba las obras de Santa Teresa de Ávila.
Más tarde en 1972, interpretó al Papa Inocencio III en la película “Hermano Sol, Hermana Luna” (Brother Sun, Sister Moon).
Guinness siguió siendo un católico fiel el resto de su vida hasta su muerte en el año 2000.
Autor desconocido.
Fuente: Leído en la red.
Sir Alec Guinnes: el por qué de su conversión al catolicismo