Se acabó el oscuro Snyderverso, vuelve un héroe ejemplar para todos los públicos, sin nada woke
En 2013 se estrenó Superman: Man of Steel, dirigida por Zack Snyder y protagonizada por Henry Cavill, que nos mostraba un mundo bastante oscuro, un Superman apesadumbrado, torvo... Eran impresionantes las escenas de edificios reventando o cayendo, siempre con sombras y colores oscuros. Y a aquel Superman abstraído no parecían interesarle nada las víctimas colaterales.
La nueva película de Superman que se estrena estos días pone final al oscuro "Snyderverso" y recupera un Superman que se esfuerza por salvar las vidas de todos, sean civiles, una ardilla o un monstruo colosal. También se mete a frenar guerras entre países.
Es un Superman no muy listo, que no reflexiona mucho las cosas, con ideas claras y sin mucha estrategia. Se apoya en su buen corazón, perseverancia, amigos (con o sin poderes) y el perro Krypto, que tiene, dice, "en acogida". Krypto tiene poderes, fuerza, vuela, pero no es muy espabilado ni obediente: roba el corazón de los espectadores y no desentona en la película.
Es un Superman que recupera la luz y cierta inocencia del personaje. Los colores de la película son alegres, y los créditos hacen homenajes a los años 70, y a su banda sonora clásica de 1978. El ritmo es correcto y no aburre en ningún momento. Gustará a cualquiera que quiera aventuras, acción y efectos especiales.
Un héroe vapuleado
La trama transcurre en nuestros días de redes sociales y móviles. Hace tres años que el mundo sabe que existe Superman (y otros personajes con poderes o extraterrestres). La película empieza con nuestro héroe siendo vapuleado por sus enemigos, y la verdad es que sufrirá bastante toda la película.
El malvado Lex Luthor (Nicholas Hoult, fue Tolkien en su biopic y la Bestia en X-Men) no tiene poderes pero ha estudiado a su enemigo, lo ha filmado, grabado y copiado, conoce sus movimientos y tiene todo un equipo de técnicos para responder a cada uno de sus pasos. También tiene algún tipo de trauma o envidia, que el actor sabe transmitir. De fondo, se nutre de un pozo de xenofobia.
Luthor se apoya en una tecnología muy poderosa. La invierte en su secuaz La Ingeniera. Es la actriz venezolana María Gabriela de Faría, que en la versión VOSE dice palabrotas en español, conocida por los acérrimos del cine de terror por su personaje de Esperanza en 2021 en El Exorcismo de Dios, de Alejandro Hidalgo. La Ingeniera tiene un cuerpo compuesto de nanobots que le harán pasar momentos malos de verdad al héroe de la capa roja.
Superman con el perro Krypto
Relanzar el mundo de Superman
Hacer esta película costó 225 millones de dólares, más otros 200 millones en marketing. Pasadas dos semanas, ya se ha recaudado la inversión, aunque no con las cantidades que se esperaban. Pero es probable que a lo largo del verano consiga muchos más espectadores, porque es una película amable, palomitera, con acción, espectáculo y buenos valores. La pueden ver niños a partir de 8 años y no tiene ninguna alusión a nada gay ni woke.
El "relanzador" de Superman (y, con él, del universo DC) es James Gunn, famoso por su paso por Marvel con la trilogía de Guardianes de la Galaxia (2014-2023) y que de DC ya filmó Escuadrón Suicida en 2021. Gunn copia alguna cosa que ya usó en Guardianes de la Galaxia Vol2: por ejemplo, la escena en que unos objetos voladores eliminan a una multitud de enemigos. Vuelve a mostrar su maestría en la combinación de humor, acción y homenajes.
Paralelismos crísticos: la bajada al sheol
James Gunn es de familia católica, aunque ni en esta ni en sus otras películas hay alusiones a la fe. Sin embargo, siempre se han hecho paralelismos crísticos con Superman: humano, pero más que humano; enviado a la Tierra a enseñar, vive entre nosotros siendo algo más grande, salva a muchos...
En esta película, el héroe se entrega con candidez absurda a las autoridades de EEUU, como Jesús en el prendimiento. Le envían sin juicio alguno a un Guantánamo extradimensional de alta tecnología donde nadie supervisa lo que hace Luthor. Es una especie de descenso al sheol, a unos infiernos realmente inquietantes de donde querrá sacar a muchos (con ayuda desde fuera).
El diácono y crítico de cine Steven Greydanus, que sabe de superhéroes, considera que la película se inspira sobre todo en el Superman de la novela gráfica All-Star Superman, también con un superhéroe a la vez valiente e inocentón, sincero y directo. Le recrimina que en la película no sabe mucho de cómo sacar partido a sus poderes.
Conviviendo con Lois a escondidas
Para enlazar al héroe volador con la vida cotidiana está Lois Lane (la muy correcta Rachel Brosnahan), con quien convive desde hace unas semanas a escondidas de los compañeros del periódico. Ensayan una entrevista. Se supone que Superman es periodista y sabría manejar la comunicación, pero la verdad es que enseguida pierde los papeles y se pone de mal humor ante las contradicciones e hipocresías del mundo.
Superman y Lois Lane, en la película de 2025, tienen una relación bastante inmadura, pero que puede elevarse
Más adelante se revelará en redes y televisiones un terrible secreto del origen del héroe y luego unas terribles maniobras de los malvados. En nuestra época de fakenews y deepfakes (o sea, de falsas noticias y trabajadas falsificaciones) asombra un poco lo rápido que se lo cree todo la opinión pública en esta película, pero lo atribuimos a un mundo acelerado y exigencias de guion.
En cierta ocasión, Lois dice ser crítica, inconformista, punk, mientras que reprocha a Clark ser un chico inocentón que cree en las personas y las virtudes más cándidas. "Quizá ese sea el verdadero punk", responde él. Ser bueno, decente, es lo más revolucionario. Vuelve el Superman más luminoso.
Autor: Pablo Ginés
Fuente: Religión en Libertad