Desde la llegada de Javier Milei a la presidencia, el negocio bancario en Argentina experimenta una transformación profunda. La baja en la inflación, sumada a menores oportunidades de inversión en deuda del Banco Central, empuja a las entidades a recuperar un rol clásico: intermediar entre el ahorro y el crédito. En este nuevo contexto, los préstamos crecen, los pesos escasean y la competencia por captar fondos se intensifica.
Crece la demanda de crédito, pero faltan pesos
Con la emisión monetaria restringida y la demanda de crédito al alza, los bancos deben captar más depósitos para sostener su operatoria. “Hoy los bancos están trabajando de bancos”, reconocen en el sector, marcando el regreso a la esencia del negocio financiero: prestar dinero que otros ahorran.
La presión es clara. En el último año, el volumen de préstamos se disparó, lo que obliga a las entidades a ofrecer condiciones más atractivas para mantener sus márgenes y evitar perder clientes ante las fintech.
El desafío de las billeteras virtuales
Las billeteras electrónicas, como Ualá o Mercado Pago, marcaron la cancha con cuentas que rinden intereses diarios. Aunque no pueden pagar sueldos, captaron masivamente el ahorro cotidiano, ofreciendo liquidez inmediata y simplicidad.
Frente a esto, los bancos tradicionales empiezan a reaccionar. Supervielle, por ejemplo, lanzó su cuenta sueldo y pyme remunerada en pesos y dólares. El objetivo: atraer y fidelizar clientes que luego demanden productos más complejos como préstamos o inversiones. El banco tiene con 200.000 cuentas sueldo y aspira a triplicarlas en dos años. Las cuentas remuneradas ofrecen una TNA del 32% hasta un millón de pesos (y del 2% en dólares), superando incluso las tasas de los plazos fijos sin inmovilizar el capital. Para cuentas pyme, la tasa alcanza el 18% en pesos y el 1,5% en dólares. ¿Otros bancos tendrán esa agilidad de respuesta ante un cliente más sofisticado que ya usa billeteras virtuales como alternativa? Esperemos que sí.
Tensión por el decreto laboral suspendido
Un punto clave en esta competencia es quién puede pagar sueldos. El decreto 70/23 del Gobierno de Milei habilitaba a las fintech a realizar esa tarea, pero la Justicia suspendió el artículo que lo permitía. Mientras se resuelve la controversia, los bancos aprovechan esa ventaja regulatoria para reforzar su posición.
Competencia por tasas y fidelización
La presión de las billeteras digitales ya se hace sentir. “Los bancos están sintiendo cómo las cuentas virtuales atraen depósitos ofreciendo rendimiento diario”, explicó Guillermo Barbero, de First Capital Group. Para responder, las entidades tradicionales también mejoran beneficios: descuentos, promociones y, ahora, remuneración de cuentas.
Incluso los plazos fijos, sin intervención del Banco Central, aumentaron sus tasas para retener ahorristas. Algunos bancos están tensionados por la suba de préstamos y necesitan fondearse mejor, y a eso se suma la reciente suba del dólar y la expectativa de una inflación más alta en marzo. Mientras, los ciudadanos siguen buscando alternativas para sostener su dinero en nuevas opciones. ¿Los bancos se pondrán a tiro para competir con las billeteras virtuales? Esperemos que sí.
¿Los bancos vuelven a ser bancos?: el cambio silencioso del negocio financiero