Solo 21 hombres acompañaban a ese Teniente americano, de notorio acento andaluz. Apenas una vanguardia, buscando al enemigo, en cercanías del pueblo de Arjonilla, Jaén, Andalucía. Y la búsqueda dio sus frutos. El brillo de sus uniformes los delata. Una cincuentena de Dragones franceses cabalgan despreocupados, sin saber que la muerte les acecha.
Sin dudarlo, el Teniente San Martin ordena desenvainar sus aceros, y a pesar de ser menos de la mitad, atropella a los galos, con el mismo coraje que lo acompaña, cada vez que el deber lo ordena.
El choque es brutal. Los españoles combaten con bravura y valor. Porque lo están haciendo con el sacrificio y arrojo, que solo los pueden dar el combatir por la patria usurpada. Uno a uno, aquellos galos invasores, van cayendo bajo el filo de los sables de San Martin y sus hombres. Hasta que sucede un imponderable, que suele acontecer muchas veces en las acciones de guerra. El caballo del Jefe español es muerto de un disparo, y en su caída, aprisiona a su jinete. Pronto es rodeado por soldados franceses, que buscan ultimarlo. Un soldado de su pelotón, desciende de su caballo, y con hercúlea fuerza, lo desembaraza de tal apremiante situación. Y entre Juan y José, luchan como gatos enjaulados contra la lluvia de aceros que les cae encima. Solo se sabrá el nombre de aquel valiente, que dará socorro a su Jefe: Juan, Juan de Dios…
El sargento Pedro Martos, de los Húsares de Olivenza, desmonta y le da su caballo al Teniente San Martin. Y ya todo será victoria. Diecisiete Dragones yacen muertos, y otros cuatro serán heridos. Los sobrevivientes huyen en ignominiosa derrota.
Por ese triunfo, el Teniente San Martin será ascendido a Capitán, y el valiente soldado, Juan de Dios, herido en el combate, recibirá una condecoración.
Y así, un 23 de junio de 1808, un humilde soldado, un simple Juan, salvará, casi sin saberlo, al futuro Libertador de medio continente, con el mismo valor y entrega, que lo haría otro Juan, Juan Bautista, cinco años después, del otro lado del mar.
Autor: Eduardo Javier Mundani Osuna