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Competencia desigual: fuerte rechazo a la propuesta de Brasil de liberar el comercio de azúcar en el Mercosur

Lula plantea eliminar restricciones y enciende una crisis en el sector azucarero argentino

Durante la reciente Cumbre del Mercosur celebrada en Buenos Aires, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, propuso la incorporación del azúcar a la unión aduanera del bloque regional. En su discurso, Lula argumentó que la exclusión de sectores como el automotriz y el azucarero era un obstáculo para el crecimiento del Mercosur y su potencial en la producción de biocombustibles y vehículos eléctricos.

Sin embargo, esta declaración encendió las alarmas en las provincias del Noroeste Argentino (NOA), especialmente en Tucumán, Salta y Jujuy, donde la producción de azúcar y etanol representa un pilar económico, social y cultural.

 

Reacción inmediata del sector: “Una propuesta inadmisible”

Ante el planteo del presidente brasileño, las principales organizaciones cañeras del país respondieron con un comunicado conjunto de rechazo. Entre ellas:

  • Centro Azucarero Argentino (CAA)
  • Unión Cañeros Independientes de Tucumán (UCIT)
  • Centro de Agricultores Cañeros de Tucumán (Cactu)
  • Unión Cañeros Independientes de Jujuy y Salta
  • Cañeros Unidos del Este (CUE)
  • Unión Cañeros del Sur (UCS)

Las entidades advirtieron que liberar el comercio de azúcar dentro del Mercosur en estas condiciones sería “inadmisible” y representaría un grave perjuicio económico para la región. “Tener que competir con la producción brasileña, que ha sido subsidiada por décadas, en condiciones desiguales, no puede aceptarse”, expresaron.

 

Décadas de subsidios que generan distorsión

El comunicado recordó que Brasil ha sostenido desde 1975 el Programa Nacional do Álcool (Proálcool), que promovió el uso del etanol derivado de caña de azúcar para sustituir combustibles fósiles.

Este plan incluyó:

  • Subsidios directos e indirectos
  • Financiamiento estatal a tasas preferenciales
  • Incentivos fiscales y precios regulados

Gracias a estas políticas, Brasil logró desarrollar una capacidad productiva excedente, acumular capital y tecnología, y consolidar un mercado fuertemente protegido, donde el azúcar y el etanol se subsidian mutuamente, creando distorsiones comerciales reconocidas incluso por el Mercosur desde 1992.

 

La realidad argentina: sin subsidios y con arraigo social

A diferencia de Brasil, la política azucarera argentina ha buscado proteger el mercado interno y garantizar el sustento de miles de familias del NOA.

Las entidades remarcaron que el sector opera sin subsidios equivalentes y es una herramienta clave de desarrollo regional y equilibrio territorial.

“La competencia desleal con un producto subsidiado no solo afecta los precios, sino que pone en riesgo puestos de trabajo, producción local y tejido social”, sostuvieron.

 

Medidas vigentes y temor por el futuro

Si bien el gobierno de Javier Milei promueve una agenda de apertura comercial, el país ha mantenido hasta el momento aranceles y medidas de administración comercial sobre el azúcar, en conformidad con las normativas del Mercosur.

El sector considera estas herramientas como legítimas y necesarias para evitar daños internos provocados por distorsiones estructurales del mercado brasileño.

 

Una advertencia desde el interior profundo

La preocupación de los productores no es un capricho proteccionista, sino una llamada de atención sobre las consecuencias sociales y económicas de una liberalización sin equidad.

Detrás del azúcar están familias, pueblos enteros, trabajadores rurales y cooperativas que han sostenido con esfuerzo una industria vital para el NOA.

El libre comercio puede ser una oportunidad si se da en condiciones justas. De lo contrario, solo favorece a los más poderosos y profundiza las desigualdades.

 

Un llamado a cuidar lo nuestro

La posible inclusión del azúcar en la unión aduanera del Mercosur debe ser debatida con seriedad, evidencia y sentido federal.

No puede ignorarse que, para muchas comunidades del norte argentino, el azúcar no es solo una mercancía: es identidad, cultura y futuro.

La Argentina necesita acuerdos comerciales que respeten su diversidad productiva y defiendan a sus economías regionales. No hay progreso real si se construye a costa del sacrificio de los más pequeños.

La voz del NOA se alza no contra la integración regional, sino a favor de una verdadera justicia económica. Y esa comienza por garantizar condiciones justas para competir y producir.

Competencia desigual: fuerte rechazo a la propuesta de Brasil de liberar el comercio de azúcar en el Mercosur
El Cristiano 4 de julio de 2025
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