Un llamado global al alto el fuego
Una nueva ola de reclamos internacionales exige el fin inmediato de la guerra en la Franja de Gaza. Cancilleres de 25 países, junto a una alta comisaria de la Unión Europea, firmaron un comunicado conjunto donde exhortan a Israel a cesar los ataques y levantar las restricciones a la ayuda humanitaria. El texto, divulgado por el Foreign Office británico, advierte que la situación humanitaria ha alcanzado niveles insostenibles y que el sufrimiento de la población civil en Gaza “ha llegado a nuevas cotas”.
El pronunciamiento fue respaldado por naciones como España, Francia, Canadá, Italia, Japón, Australia y los países nórdicos, entre otros. También lo firmó Hadja Lahbib, comisaria europea de Igualdad, Preparación y Gestión de Crisis. El documento demanda el cumplimiento de las leyes humanitarias internacionales, condena el “asesinato inhumano de civiles, incluidos niños” y alerta sobre la distribución insuficiente de alimentos y agua.
Además, los firmantes exigen la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes que permanecen en poder de Hamás desde el ataque del 7 de octubre de 2023. “La guerra en Gaza debe terminar ahora”, sentencia el comunicado.
Netanyahu responde con fuego y silencio
Pese a la presión internacional, la respuesta del gobierno israelí fue tajante: no solo ignoró el reclamo diplomático, sino que lanzó una nueva ofensiva terrestre en el corazón de Gaza. Tanques israelíes avanzaron sobre la ciudad de Deir al Balah, en el centro del enclave palestino, considerado refugio de miles de desplazados y sede de operaciones de múltiples organizaciones humanitarias.
Los blindados penetraron desde la carretera de Kissufim, y los bombardeos aéreos destruyeron viviendas, mezquitas y la casa del periodista Ashraf Abu Amra, corresponsal de la cadena Al Jazeera. Desde Tel Aviv justificaron la acción asegurando que se había advertido previamente a la población civil sobre la necesidad de evacuar la ciudad.
En un comunicado oficial, el Ejecutivo israelí afirmó: “Todas las peticiones deben dirigirse a la única parte responsable del estancamiento: Hamás, que inició esta guerra y la está prolongando” (sic).
El Papa y líderes cristianos condenan la violencia
La Iglesia también levantó su voz. El papa León XIV mantuvo una conversación telefónica con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, en la que reafirmó la necesidad de un alto el fuego inmediato. Según el Vaticano, el Pontífice subrayó “la urgencia de proporcionar socorro a los más expuestos” y exigió respeto al Derecho Internacional Humanitario, así como la protección de los civiles y los lugares sagrados.
Por su parte, el Patriarca Latino de Jerusalén, cardenal Pierbattista Pizzaballa, quien visitó Gaza junto al Patriarca greco-ortodoxo Teófilo III como parte de una misión eclesiástica, denunció las condiciones inhumanas en las que vive la población. “He visto niños mutilados, familias enteras en tiendas a la orilla del mar, sin comida ni higiene básica. Y lo que más impresiona es lo que no se ve: el olor de las explosiones, el humo persistente”, relató.
Escalada bélica también en Yemen
En paralelo a la ofensiva en Gaza, Israel amplió su radio de acción y bombardeó el puerto de Al Hodeida, en Yemen, donde aseguró haber alcanzado infraestructura militar de los rebeldes hutíes. Según el ministro de Defensa, Israel Katz, fueron destruidas estructuras clave, incluyendo contenedores de combustible, maquinaria y embarcaciones utilizadas para acciones armadas.
Este frente, aunque menos mediático, representa una extensión del conflicto regional y refuerza la postura bélica del Ejecutivo israelí frente a presiones externas.
Ataques a templos, escuelas y periodistas
En Gaza, los ataques continúan alcanzando edificios civiles, incluidos centros educativos y religiosos. Según el sacerdote Gabriel Romanelli, ya han sido destruidas más de 60 escuelas y más de 20 templos religiosos, incluyendo la única parroquia católica, que alojaba a más de 500 refugiados. En ese ataque murieron cuatro personas y resultaron heridos decenas, entre ellos un joven postulante de 17 años que lucha por su vida en un hospital local.
Estas acciones aumentan la consternación internacional, en un contexto donde incluso la comunidad religiosa ha tomado una postura crítica y clara frente al accionar del Estado israelí.
El clamor internacional y el silencio ensordecedor
La creciente presión global, que incluye a líderes religiosos, diplomáticos y organizaciones humanitarias, no ha logrado aún frenar la ofensiva israelí. Mientras el número de muertos en Gaza supera los 59.000 civiles, las operaciones militares no cesan y las restricciones al ingreso de ayuda persisten.
La comunidad internacional asiste, con estupor, a un conflicto donde los llamados a la paz y la protección de civiles parecen diluirse ante una lógica bélica que desoye incluso al Papa. “¿Es posible que ni siquiera el Papa pueda lograr un cese del fuego?”, se preguntan desde sectores diplomáticos y religiosos.
La urgencia de una acción global
A medida que la situación humanitaria se deteriora y los crímenes de guerra se acumulan, crece el llamado a que la prensa internacional visibilice lo que muchos ya califican como un genocidio civil. Organismos de derechos humanos y voces independientes reclaman un cambio de rumbo inmediato. La paz parece más lejana cada día, mientras las bombas siguen cayendo sobre los más vulnerables.