Un llamado que reacomoda el mapa político bonaerense
Después de varios meses sin contacto, la ex vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, volvieron a hablar. El acercamiento se produjo este martes a través de una conversación telefónica iniciada por CFK, según confirmaron fuentes del justicialismo. Ambos dirigentes acordaron volver a dialogar en los próximos días.
Este reencuentro político se da en un contexto de creciente reordenamiento dentro del peronismo bonaerense y a solo un día de que Cristina anunciara su candidatura a legisladora provincial por la Tercera Sección Electoral, una jugada que sorprendió a pocos, pero movió fichas de peso en el tablero electoral.
Un escenario de fragmentación y urgencias
La candidatura de la ex presidenta se da en el marco de unas elecciones desdobladas en la provincia, una decisión que Kicillof tomó sin el aval explícito del kirchnerismo tradicional. Aunque el gobernador ya se había mostrado dispuesto al diálogo, el anuncio de Cristina reconfiguró los tiempos políticos y volvió inevitable el contacto.
Desde el entorno del mandatario provincial insistieron en que, pese a las diferencias pasadas, “hay que sentarse a hablar y trabajar para buscar la unidad”. Sin embargo, no todos los intendentes comparten esa visión, y será clave observar cómo reaccionan ante la candidatura de quien aún despierta resistencia en algunos sectores del peronismo bonaerense.
El factor Massa y el juego mayor
Mientras tanto, el ex ministro de Economía Sergio Massa sigue en modo estratégico, organizando un almuerzo con intendentes afines para definir su propio camino político y el del Frente Renovador. Su mirada está puesta tanto en la provincia como en el escenario nacional, y su capacidad de articulación puede ser decisiva para contener posibles divisiones.
En este contexto, Cristina Kirchner podría jugar un rol clave: alimentar un equilibrio dentro de Unión por la Patria o, por el contrario, profundizar las diferencias internas. La decisión de presentarse en la boleta electoral tiene también otra lectura: la necesidad de contar con fueros legislativos, dado que varias de sus causas judiciales continúan en trámite, algunas con condenas firmes, en segunda instancia, y que en pocos días se calcula que la Suprema Corte de Justicia de la Nación definirá.
Aunque los observadores calculan que Cristina jamás pisará un calabozo por su edad y el cargo que ocupó, los fueros siguen siendo un escudo indecoroso que la política inventó con la excusa de la libertad de expresión de los representantes del pueblo.
Un nuevo tiempo para el electorado
El oficialismo peronista (UxP), al igual que la alianza entre La Libertad Avanza y el PRO, se polarizarán, como ya vimos, la elección bonaerense. Más allá de las estrategias y movimientos internos, será finalmente el pueblo quien tenga la última palabra en las urnas.
Las fichas se van acomodando por peso propio y conveniencia, como siempre ocurrió en la política argentina. Pero será el juicio responsable del electorado y su madurez el que vote en las urnas menos ambiciones personales y más dirigentes con vocación de servicio.
De una manera u otra, en las elecciones próximas, UxP se presentará, como lo harán LLA y el PRO en una sola lista, pero será el soberano quien juzgue y decida quiénes serán los que sean, esta vez, sus representantes. Sepa el pueblo votar a conciencia.
