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¿El alza del dólar se traducirá en inflación? El impacto en la actividad comercial

Las advertencias del FMI

El informe del staff del Fondo Monetario Internacional, publicado el viernes por la noche, elogió la marcha general del programa económico del Gobierno argentino. Sin embargo, también encendió luces de alerta. El organismo exigió un mayor ajuste fiscal para poder volver al financiamiento de mercado y, aunque redujo la meta de acumulación de reservas en USD 5.000 millones, reiteró la necesidad de reforzar ese frente.

Otra crítica apuntó a los proyectos que implican aumentos de gasto sin nuevos ingresos, como los aumentos jubilatorios impulsados desde el Congreso. El FMI estimó que estas iniciativas podrían elevar el déficit fiscal en hasta 1,5% del PBI.

 

El dólar bajo presión

El informe también valoró que el dólar se mantuviera en el rango previsto de la banda cambiaria. No obstante, eso quedó viejo rápidamente: en las últimas semanas, la cotización trepó hasta los $1.380, mucho más cerca del techo establecido de $1.450.

Frente a esto, la reacción oficial fue ortodoxa: tasas de interés muy altas (hasta 40 puntos por encima de la inflación esperada) y un aumento de encajes bancarios al 40% para absorber pesos del mercado. La lógica detrás de estas medidas es clara: enfriar la demanda de dólares y fortalecer el atractivo del peso.

 

Tasa alta, apuesta riesgosa

Desde el mercado destacan el atractivo de las Lecap, instrumentos en pesos con rendimientos anuales cercanos al 60%, lo que equivale a un 5% mensual. “Es una oportunidad única para ganarle al dólar”, sostuvieron desde Max Capital. A eso se suma la confianza del Gobierno en sostener el tipo de cambio dentro de los límites pactados con el FMI, incluso más allá de las elecciones de octubre.

Si esta visión se consolida, podría esperarse un ingreso de capitales hacia instrumentos en pesos. Pero el costo no es menor: una economía con tasas tan altas y poco crédito puede terminar frenando la actividad.

 

Dólar firme, precios también

Una de las sorpresas recientes fue que la suba del dólar en julio no se trasladó inmediatamente a los precios. Se espera que la inflación de ese mes ronde el 1,6%, igual que en junio. Sin embargo, agosto podría romper esa tendencia.

Algunos sectores ya comenzaron a remarcar precios. Las terminales automotrices, por ejemplo, subieron cerca de un 5% ante el auge de ventas (más de 62.000 unidades en julio, un 44% más que el año anterior). También los supermercados comenzaron a recibir listas con aumentos en los primeros días del mes.

De todos modos, el repunte inflacionario sería moderado. Según Andrés Borenstein, economista de BTG Pactual, agosto podría cerrar con un índice del 2,2%. “No es algo preocupante”, opinó, y sostuvo que no pone en duda el proceso de desinflación en marcha, respaldado por el superávit fiscal y la política monetaria restrictiva.

 

Impacto en la actividad

El otro costo de esta pulseada con el dólar se ve en el nivel de actividad. La combinación de tasas altas y menor liquidez bancaria frena el consumo y limita el crédito para las empresas. La economía muestra signos de estancamiento desde mediados de 2017, y el repunte registrado desde el segundo trimestre de 2024 parece haber perdido fuerza.

Un informe de Fidelitas reveló que la morosidad en créditos personales subió del 4,1% al 5,6% entre junio de 2024 y mayo de 2025. En tarjetas de crédito, pasó del 1,9% al 3,8%. Además, los cheques rechazados aumentaron de menos de 10.000 mensuales a más de 60.000, afectando la cadena de pagos por unos USD 125 millones al mes.

 

El dólar como termómetro electoral

Si el Gobierno logra contener la presión cambiaria, el foco se trasladará rápidamente al escenario electoral. El FMI considera que un resultado favorable podría marcar un punto de inflexión que acerque a la Argentina al financiamiento voluntario en los mercados.

Luis Caputo, ministro de Economía, atribuyó la debilidad de los bonos en dólares y el elevado riesgo país (por encima de 750 puntos) al “miedo kuka”. Pero el mercado desconfía más por la falta de acumulación de reservas y la fragilidad fiscal que por el escenario político.

 

Reservas: un frente sensible

El Gobierno asegura que no utilizó fondos del FMI para pagar vencimientos, sino que usó dólares comprados en el mercado. También informó que el Tesoro ya adquirió USD 1.500 millones mediante compras “en bloque” y otros USD 1.500 millones con colocaciones de BONTE 2030.

Pero la reciente suba del dólar complicó este mecanismo: vender bonos en dólares pagaderos en pesos ya no resulta atractivo. Así, se cerró una de las pocas vías activas para fortalecer reservas.

 

Lo que viene

Más allá de los resultados electorales, el futuro del plan económico depende de varias reformas profundas: la eliminación del cepo cambiario, una nueva estructura impositiva, consolidar reservas y volver al mercado internacional. Estos serán los verdaderos desafíos para la segunda mitad del gobierno de Javier Milei, junto con la solución a los problemas de los sectores más postergados, como los jubilados y los docentes, entre otros.

¿El alza del dólar se traducirá en inflación? El impacto en la actividad comercial
El Cristiano 4 de agosto de 2025
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