Sin acuerdo: el kirchnerismo rompe filas con Jaldo
En Tucumán, el peronismo enfrenta una fractura que parece ya irreversible. Desde el kirchnerismo descartan cualquier posibilidad de acordar con el gobernador Osvaldo Jaldo para presentar una lista de unidad en las próximas elecciones. Aunque Cristina Fernández de Kirchner ha intervenido recientemente los PJ de Salta y Misiones por su cercanía con Javier Milei, en el caso de Tucumán no aplicará la misma medida.
Fuentes del peronismo que no responden a Jaldo confirmaron que no hay intención de reconciliación con el mandatario provincial. “Estamos encaminados a construir un frente anti Milei”, señalaron, marcando distancia con la postura de apoyo a los proyectos, que el gobernador ha mantenido con la Casa Rosada, que benefician a la provincia.
CFK llamó a la unidad opositora
La expresidente Cristina Kirchner había hecho un intento de acercamiento semanas atrás al recibir a Pablo Yedlin y Javier Noguera, dos ex alperovichistas enfrentados a Jaldo, y que hoy se identifican con el senador Manzur. En esa ocasión, Cristina llamó a la unidad peronista frente al avance de Milei. Sin embargo, el gesto no encontró eco: poco después, los diputados alineados con Jaldo ayudaron a frustrar una sesión en la Cámara Baja.
Para el diputado Yedlin, ese episodio dejó en claro la postura de Jaldo. “No estamos de acuerdo con apoyar leyes a Milei. La oposición se demuestra votando en contra, y los diputados de Jaldo han votado todo a favor”, declaró. Además, cuestionó la falta de diálogo con el gobernador y afirmó que no hubo ningún llamado para discutir una posible unidad.
Sin intervención, pese a las diferencias
A pesar de las tensiones, el entorno de Cristina dejó trascender que no se intervendrá el PJ de Tucumán. Consideran que, a diferencia de Salta y Misiones, la estructura partidaria en la provincia sigue siendo netamente peronista, aunque esté actualmente bajo conducción de Jaldo. Además, la expresidenta habría tomado nota del desgaste político que generaron las intervenciones anteriores, como en el caso de Jujuy, y sobre todo el resultado de las recientes elecciones en esos distritos.
Jaldo, por su parte, actuó con rapidez para blindarse: ya inscribió un frente electoral con otros diez partidos, a pesar de que el plazo para oficializar alianzas vence recién el 7 de agosto. Una señal de que busca afianzar su control y despejar cualquier posibilidad de injerencias desde Buenos Aires.
¿Jaldo candidato a diputado? El rumor que gana fuerza
Al mismo tiempo, crece la versión de que el propio Jaldo encabezaría la lista de diputados nacionales por su sector. Aunque el gobernador relativizó el rumor y pidió “no ser ansiosos”, en el kirchnerismo dan por hecho que así será. Aseguran que el mandatario no cuenta con un candidato fuerte y busca presentarse como figura dominante ante La Libertad Avanza.
El espacio libertario apostará con fuerza a la provincia, con una lista encabezada por Lisandro Catalán, actual viceministro del Interior. En ese contexto, Jaldo intentaría revalidar su liderazgo territorial frente a un adversario con respaldo nacional.
¿Una elección de tercios?
Con este escenario, cerca de Cristina proyectan una elección dividida en tercios: una lista oficialista de Jaldo, una libertaria con Catalán, y una tercera encabezada por Javier Noguera, con el apoyo de Yedlin y Juan Manzur. Además, se sumaría un cuarto frente opositor liderado por el radicalismo, con los restos de lo que fue Cambiemos en Tucumán, con el actual diputado Roberto Sánchez como candidato, pero sin ya el apoyo del ex intendente Alfaro, que se sumó al gobernador Jaldo con su partido PJS. Y queda saber qué hará Fuerza Republicana, desdibujada por los problemas judiciales de Ricardo Bussi y el alejamiento de LLA, socio ocasional en las elecciones presidenciales pasadas.
Desde el kirchnerismo creen que esta fragmentación del voto afín a Milei puede beneficiarlos. Al dividirse entre libertarios puros, jaldistas y radicales con pasado libertario, confían en posicionar su propuesta como una alternativa sólida para el electorado peronista y progresista. Aunque sin unidad partidaria, el cristinismo tucumano sueña emerger como la verdadera oposición a Milei.
¿Una polarización inevitable? El tablero tucumano sigue en movimiento
Pero también algunos analistas locales abren el juego a otros escenarios posibles, más allá del clásico esquema de tercios que los kirchneristas locales aventuran. A la luz de lo ocurrido recientemente en la Ciudad de Buenos Aires, advierten que lo que fuera Juntos por el Cambio podría enfrentar una elección muy desfavorable, especialmente sin el sostén territorial que representaba el espacio alfarista.
En paralelo, La Libertad Avanza podría crecer al capitalizar una campaña nacionalizada, como ocurrió ya en otros distritos, y absorber votos que en otras épocas fueron del bussismo.
En ese mapa, el mayor perjudicado sería el oficialismo provincial de Osvaldo Jaldo, que no solo podría perder electores en favor de los libertarios, sino también ver cómo parte de su base migraría hacia el sector cristinista si éste logra presentarse como una opción opositora, aún sin llegar a ese tercio que pretenden alcanzar.
También se contempla otro desenlace: que la lista que impulsa Pablo Yedlin finalmente no se presente, lo que reconfiguraría por completo la oferta electoral. De concretarse ese escenario, se abriría paso una fuerte polarización, con o sin la participación efectiva de todos los nombres que hoy suenan.
Más allá de los nombres: lo que está en juego
Aún falta tiempo para conocer con certeza quiénes serán los candidatos definitivos en Tucumán. Sin embargo, más allá de los apellidos y sellos partidarios, lo que está en juego trasciende lo electoral. Estas elecciones de medio término, si bien no modificarán de inmediato la vida cotidiana de los tucumanos, sí marcarán el rumbo del nuevo Congreso Nacional.
Allí se definirán los grandes debates del país: desde la defensa de la vida y la dignidad humana hasta las políticas públicas orientadas al progreso real, al orden y al bien común. En ese sentido, lo que se decidirá en las urnas es quiénes serán los que levanten la mano a favor o en contra de esos valores que una amplia mayoría de argentinos —más allá de las preferencias partidarias— anhela preservar y promover.