Fue un 9 de julio diferente para los que pudieron verla. En el Día de la Independencia, la vicepresidente de la Nación, Victoria Villarruel, sorprendió con una visita no anunciada a la provincia de Tucumán. Su presencia, fuera de agenda oficial, estuvo marcada por la sobriedad, la cercanía con la gente y un profundo respeto por el significado histórico de la fecha.
No la frenó ni el clima ni las nimiedades de una prensa que busca titulares vanos.
Lejos de los actos protocolares y sin exposición mediática, Villarruel recorrió el solar histórico donde en 1816 los congresales declararon la independencia de España y de toda otra dominación extranjera.
La inesperada visita, que no estuvo precedida por anuncios ni convocatorias públicas, sorprendió a cientos de personas que estaban en la Plaza Independencia de Tucumán, quienes le brindaron su afecto y respeto.
Un recorrido con alto contenido simbólico
La vicepresidente ingresó a la Casa Histórica de la Independencia en silencio, sin comitiva ni discursos, acompañada por su director José Posse y la senadora Beatriz Ávila, y más tarde se dirigió a la Catedral de Tucumán, a agradecer a Dios por la independencia, tal como hace más de 200 años los congresales, luego de firmar el Acta, lo hicieron, en piadosa visita al templo de San Francisco.
En la Catedral fue recibida por el arzobispo Carlos Sánchez, quien la acompañó a su interior. Dentro de la catedral, la vicepresidente se detuvo a orar ante el Santísimo Sacramento.
Luego, sentados en un banco, dialogaron largamente sobre la tarea pastoral de los sacerdotes de la arquidiócesis y sus necesidades. Además, Victoria ofreció proveer desde el Senado banderas argentinas de ceremonia a las parroquias, y el Padre Carlos le entregó un recuerdo y le dio la bendición.
Aplausos espontáneos y declaraciones moderadas
A pesar del perfil bajo con el que se manejó la visita, el breve paso de la vicepresidente Villarruel por el centro tucumano no pasó desapercibido. Afuera, más y más gente, muchos padres con sus hijos, y jóvenes, se acercaron para saludarla y expresarle su afecto espontáneamente.
No hubo discursos públicos, aunque sí respondió preguntas de la prensa que se acercó.
“Quiero dar un mensaje federal, de respeto a los argentinos y a la patria. No quiero polemizar de ninguna manera” dijo, además de expresar su cercanía con Tucumán, a la que visita con frecuencia desde hace años. Consultada sobre su relación con el presidente Javier Milei, respondió con tono conciliador: “Por mi parte no hay diálogo cortado. Lo respeto y respeto la voluntad de los argentinos que nos eligieron”, evitando confrontaciones en un contexto político marcado por la polarización.
Un mensaje de prudencia en tiempos de tensión
La visita se destacó por su sobriedad y por el mensaje implícito de unidad nacional, en una fecha tan significativa como el 9 de julio. La presencia de la vicepresidente en lugares emblemáticos, como la Casa Histórica y la Catedral, fue un gesto de conexión con los valores fundacionales de la Nación y un llamado a recuperar el respeto institucional y el sentido de pertenencia.
En un contexto político atravesado por disputas partidarias, crisis sociales y tensiones permanentes, Villarruel dejó una señal clara: es posible actuar con prudencia, cercanía y respeto a las tradiciones, sin necesidad de discursos grandilocuentes ni de capitalizar políticamente fechas patrias.
Su visita silenciosa y respetuosa dejó un sobrio ejemplo para la reflexión de los dirigentes y enseñanza de la ciudadanía.
La política no es solo gestión: es cercanía
Gobernar no es solo tomar decisiones o aplicar recortes. También es saber estar. Saber cuándo una presencia vale más que mil cadenas nacionales.
La Argentina profunda, la que no sale en los noticieros, necesitaba ver a funcionarios nacionales en la tierra donde se firmó su libertad. En una provincia que sufre pobreza estructural, pero que nunca dejó de sentirse parte del país y que también quiere ser parte de un futuro esperanzador.
En Tucumán hay una frase muy común que resume el centralismo en Argentina:
“Dios está en todos lados, pero atiende en Buenos Aires." Ayer Dios atendió a Victoria Villarruel en Tucumán.