Cinco países europeos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU —Reino Unido, Francia, Dinamarca, Grecia y Eslovenia— condenaron públicamente la decisión del Gobierno de Israel de ampliar sus operaciones militares en la Franja de Gaza.
El primer ministro Benjamin Netanyahu sostiene que ocupar el enclave palestino es la vía más efectiva para poner fin a la guerra, pero las potencias europeas advierten que la medida podría violar el derecho internacional y agravar la crisis humanitaria.
Advertencia sobre violaciones al derecho internacional
Samuel Zbogar, embajador de Eslovenia ante el Consejo de Seguridad, afirmó que la ofensiva israelí “violaría el derecho internacional humanitario” e instó a revertirla de inmediato.
El comunicado conjunto de las delegaciones europeas subraya que la expansión militar no favorecería la liberación de los rehenes israelíes —retenidos en Gaza desde hace 22 meses— y, por el contrario, aumentaría el riesgo para sus vidas. Además, advierte que empeorará “la ya catastrófica situación humanitaria” en el enclave.
La ONU teme una “nueva calamidad”
En una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad, un alto cargo de Naciones Unidas alertó que el plan de Netanyahu probablemente provocará “otra calamidad” en Gaza. Según estimaciones del organismo, más de dos millones de personas en la Franja enfrentan riesgo de hambruna generalizada.
Hamas rechazó las declaraciones del primer ministro, acusándolo de “mentir” y de tratar de “engañar a la opinión pública” internacional.
Reacciones y divisiones en Europa
El pronunciamiento de los cinco países se suma al de España y otros siete Estados europeos que calificaron el plan como una amenaza que podría provocar “una cifra inaceptablemente elevada de víctimas mortales” y un riesgo adicional para los rehenes.
El frente interno en Israel
La propuesta de Netanyahu también ha generado fuertes divisiones dentro de Israel.
En Tel Aviv, decenas de miles de manifestantes exigieron un acuerdo para recuperar a todos los cautivos, incluso si eso implica poner fin a las hostilidades.
Desde la ultraderecha, ministros como Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir reclamaron el control total de la Franja y su colonización. En contraste, el líder opositor Yair Lapid calificó la estrategia como “una catástrofe” que obligará a movilizar a cientos de miles de reservistas y “desmantelará el país desde dentro”.
Un conflicto devastador
La guerra comenzó el 7 de octubre de 2023, tras un ataque de Hamas que dejó 1.219 muertos en Israel, en su mayoría civiles. Desde entonces, la ofensiva israelí ha causado la muerte de 61.430 personas en Gaza, según el Ministerio de Salud del enclave, cifras que la ONU considera creíbles. La gran mayoría son civiles.
El mundo observa con creciente indignación cómo, bajo la justificación de la lucha contra los extremistas de Hamas, Gaza ha quedado reducida a escombros. Entre las víctimas figuran más de 40.000 civiles mujeres y niños, mientras los sobrevivientes enfrentan un aislamiento inhumano. La pregunta que resuena en la comunidad internacional es inevitable: ¿podrá detenerse esta masacre antes de que la destrucción sea total?