Encuentro con fuerte carga simbólica en la Casa Histórica
En el corazón de San Miguel de Tucumán, la Casa Histórica de la Independencia fue sede del Jubileo de los Dirigentes Políticos, una jornada convocada bajo el lema “Peregrinos de la esperanza”. El encuentro fue encabezado por el arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez, y el vicegobernador Miguel Acevedo, y reunió a representantes de los tres poderes del Estado.
La elección de este emblemático lugar, donde se declaró la Independencia en 1816, aportó un profundo valor simbólico. Allí, los dirigentes firmaron una declaración de compromiso orientada a promover el diálogo, la justicia social y una cultura de paz en la vida pública provincial.
Firmes compromisos por una política al servicio de todos
Durante la ceremonia, se firmó un documento en el que los referentes políticos asumieron el compromiso de construir una sociedad más justa y solidaria. Entre los principales puntos, se destacaron la defensa de la dignidad humana, la promoción de la amistad social, el fomento de políticas que reduzcan desigualdades y el rechazo al discurso del odio.
Además, se acordó fortalecer la transparencia, mejorar los mecanismos de participación ciudadana y priorizar el bien común por encima de los intereses sectoriales o partidarios. La declaración subrayó la importancia de una política basada en el respeto, la verdad y la empatía.
Presencias destacadas del ámbito político y social
Participaron del Jubileo figuras claves de la política provincial, como el presidente subrogante de la Legislatura, Sergio Mansilla; los ministros Regino Amado (Gobierno), Luis Medina Ruiz (Salud), Susana Montaldo (Educación) y Eugenio Agüero Gamboa (Seguridad); el secretario general de la Gobernación, Federico Nazur; el secretario de Gobierno, Raúl Albarracín; la intendenta capitalina, Rossana Chahla y el presidente del Concejo Deliberante, Fernando Juri, entre otros.
La Iglesia: guía espiritual para una política con valores
El arzobispo Carlos Sánchez recordó el profundo significado de celebrar este Jubileo en la Casa Histórica y llamó a renovar el compromiso con la construcción del bien común: “Esta iniciativa es para seguir comprometidos en la construcción de una patria de hermanos, una patria en justicia, en libertad, en paz”.
Refiriéndose al actual contexto social y económico, monseñor Sánchez alentó a los presentes a no dejarse vencer por las dificultades: “Sabemos que hay muchas situaciones muy duras y difíciles que nos están tocando sufrir, pero que esto no nos detenga. Sigamos caminando juntos, como peregrinos de esperanza”.
“Un acto de cambio, no solo una firma”
En su mensaje, el vicegobernador Miguel Acevedo destacó que el acto no se limita a lo simbólico: “Firmar este documento es reafirmar la convicción de que debemos trabajar todos juntos por el bien común. Es el momento de dejar atrás la cultura del odio y el egoísmo”, afirmó.
También expresó que es necesario volver a mirar al prójimo con un espíritu de comunidad: “Hoy más que nunca debemos priorizar lo que realmente importa: la solidaridad, la empatía, la paz y el amor sobre el odio y el individualismo que nos aquejan”.
Una mirada que reconcilia lo político con lo espiritual
La intendenta Rossana Chahla también compartió su visión sobre el Jubileo: “Los que estamos en la función pública debemos servir al otro por el bien común, no para fines personales. Este jubileo viene a reconvertir lo político, a recordarnos que debemos actuar con transparencia y sentido de servicio”.
Y concluyó con una reflexión cargada de humanidad: “Para quienes creemos, este tipo de actos son un cariño al alma. Son un llamado de atención y, al mismo tiempo, una caricia que nos recuerda el verdadero sentido de nuestra vocación”.
Las buenas intenciones deben traducirse en políticas públicas concretas
En Tucumán, como en el resto del país, el gran desafío es que la política se subordine al bien común. La ciudadanía reclama un salto de calidad y transparencia en la gestión pública, luego de años marcados por la corrupción, no solo en ámbitos estatales, sino también en sectores sindicales y empresariales que se beneficiaron con los negociados con la administración pública, de prácticas injustas, que los enriqueció, y privó a los más necesitados de los bienes y servicios que el Estado debía priorizar.
Este nuevo compromiso asumido en el marco del Jubileo ofrece una oportunidad real de reconciliación entre la política y la sociedad. Que Dios ilumine a quienes tienen responsabilidades públicas para que traduzcan en acciones concretas el compromiso asumido.