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Nuevo Código Urbano: ¿La Ciudad puede salvarse del caos?

La necesidad de actualizar el Código de Planeamiento Urbano (CPU) de San Miguel de Tucumán se ha vuelto apremiante, especialmente considerando las crecientes problemáticas que enfrenta la ciudad en términos de infraestructura y calidad de vida. 

Actualmente, el código privilegia la construcción de edificios en altura en el microcentro, donde la infraestructura de agua y cloacas es insuficiente y las dimensiones de las calles y veredas son reducidas. Esta situación no solo genera un caos urbano, sino que también agrava la falta de servicios básicos para una población en constante crecimiento.


Paradójicamente, el CPU limita la construcción en áreas donde la infraestructura es más reciente y adecuada, permitiendo solo edificaciones de hasta tres pisos. Esto resulta contraproducente, ya que hay sectores con mayor capacidad para soportar un desarrollo vertical que podrían aliviar la presión sobre el microcentro. Por ejemplo, la ordenanza municipal que permite la construcción de edificios en la Avenida Mate de Luna hasta Floresta debería extenderse a toda su longitud hasta el Cristo, promoviendo un desarrollo más equilibrado y sostenible.


Además, es fundamental que el nuevo código contemple la creación de estacionamientos en cada nueva edificación habitacional, y más, si es comercial. La falta de espacios para vehículos ha contribuido significativamente al caos vehicular en el centro. Al exigir que se prevea un diseño adecuado para el estacionamiento dentro de los edificios, se podría mitigar el problema del tráfico y mejorar la calidad del espacio público.


La actualización del CPU debe ser un proceso participativo, donde se integren las voces de arquitectos, urbanistas y ciudadanos. Es esencial que esta nueva normativa no solo responda a las necesidades actuales, sino que también contemple un crecimiento ordenado para las futuras generaciones. La reforma debe incluir criterios de sostenibilidad y accesibilidad, garantizando que San Miguel de Tucumán se desarrolle como una ciudad más habitable.


El Consejo Económico y Social (CES) ha comenzado a trabajar en estas modificaciones, destacando la importancia de crear un marco normativo que refleje las demandas contemporáneas. La última revisión del CPU data de hace más de 30 años, lo que subraya la urgencia de un cambio que contemple las dinámicas actuales del urbanismo y la vida urbana.


Actualizar el Código de Planeamiento Urbano es una tarea esencial para enfrentar los desafíos que presenta San Miguel de Tucumán. Al fomentar una planificación más racional y adaptada a las necesidades reales de la población, se podrá construir una ciudad más ordenada, sostenible y adecuada para todos sus habitantes.

Nuevo Código Urbano: ¿La Ciudad puede salvarse del caos?
El Cristiano 20 de enero de 2025
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