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Tormentas, Inundaciones y el Planeamiento Urbano

Nota de renovada actualidad que publicamos hace 1 mes y medio
El Gran San Miguel de Tucumán enfrenta un desafío significativo en términos de planeamiento urbano, especialmente en relación con las tormentas estivales que afectan a la región desde siempre, y en los últimos días de enero están preocupando a los ciudadanos.

 

La problemática de las tormentas estivales

Estas tormentas, que se repiten varias veces al año, han convertido a Yerba Buena y San Miguel de Tucumán en zonas críticas debido a la falta de infraestructura adecuada para manejar el agua de lluvia. A pesar de contar con universidades que forman profesionales especializados y hoy, de herramientas meteorológicas avanzadas, los gobiernos provinciales y los municipios no han logrado minimizar los impactos de estas tormentas.

Las tormentas estivales en el Gran San Miguel de Tucumán son un fenómeno recurrente que ha afectado a los habitantes de Yerba Buena y San Miguel de Tucumán durante décadas. Los residentes más antiguos recuerdan estas tormentas, que hoy se repiten con mayor frecuencia. La causa principal de estos problemas no es el cambio climático ni el desmonte, sino la falta de un planeamiento urbano adecuado y la ineficacia de los municipios para gestionar el agua de lluvia.

Urbanismo y desarrollo inmobiliario

El crecimiento desordenado de los emprendimientos inmobiliarios en la región ha exacerbado el problema. La expansión urbana sin un planificación adecuada ha llevado a la ocupación de terrenos que antes actuaban como esponjas naturales, absorbiendo el agua de lluvia. Sin embargo, la falta de canales urbanos y desagües pluviales adecuados ha convertido a estas áreas en zonas propensas a inundaciones.

La necesidad de un planeamiento urbano integral

Es fundamental que los municipios de Yerba Buena y San Miguel de Tucumán implementen un planeamiento urbano integral que contemple la construcción de canales troncales y secundarios para la contención del agua de lluvia. Estos canales dependen de la Gobernación a través de sus dependencias, lo que subraya la necesidad de una coordinación efectiva entre los diferentes niveles de gobierno.

Las políticas urbanísticas deberían haber sido más acertadas desde hace tiempo, aprovechando las herramientas meteorológicas disponibles para prever y mitigar los efectos de las tormentas. La naturaleza, con sus lluvias, trae alivio y mejora los paisajes verdes, pero sin una gestión adecuada, estas lluvias se convierten en un problema.


Un nuevo código para traer soluciones

La ciudad de Yerba Buena está trabajando en la confección de un nuevo código de planeamiento urbano, necesario, es más, imprescindible ante la explosión habitacional y comercial que desde hace más de 20 años ocurre, y que ya causa estragos en la circulación vehicular de la ciudad jardín. Es necesario que también que se prevea en ese código un planeamiento urbanístico que tome en cuenta no sólo el uso del espacio en relación a la construcción privada y los límites en metros cuadrados y/o alturas, o disposiciones sobre la previsión obligatoria de estacionamientos, en particular para los emprendimientos comerciales; sino, mucho más, en lo referente a desagües pluviales, que es el problema que aún no ha sido tomado en cuenta desde lo urbanístico: Son los gobiernos los que deben determinar los límites del uso de los suelos para la urbanización.

Un tema no menor, teniendo en cuenta la proximidad del cerro San Javier y los peligros que conlleva para viviendas próximas. Por eso, los municipios próximos, en particular Yerba Buena, deben también reglamentar, para que los diseños urbanísticos de particulares prevean canales menores de aguas, interconectados, según un estudio de escurrimiento y pendientes que a su vez, prevea la construcción de canales municipales (o provinciales), como los que ya existen y son insuficientes (supimos verlos desbordados, con el el triste saldo de destrucción y hasta víctimas).


San Miguel de Tucumán y un ejemplo para no repetir

La ciudad de San Miguel de Tucumán, cuyo uso del espacio urbano está al límite, prácticamente no tiene desagües pluviales en sus calles, y es por esto que vemos, en cada lluvia, aún sin ser tormentas estivales grandes, la inundación de sus calles. Como en barrio Sur, o ciertos sectores más alejados de las “cuatro avenidas” tanto para el oeste como para el sur, donde por las pendientes naturales, se escurre el agua, convirtiendo ciertas calles en verdaderos ríos, como la Jujuy.

La previsión de canales de desagües y desagües pluviales en las calles tucumanas debería haber sido una premisa urbanística. El afán de lucro, o incluso por política pequeña, llevó a sólo abrir calles con cordón cuneta y hoy los ciudadanos sufren las consecuencias. Sólo basta circular a pie por el centro tucumano en un día de lluvia para ver las calles semi anegadas, con la lógica imposibilidad de cruce de peatones en cada senda peatonal.


Conclusiones y Sugerencias

El Gran San Miguel de Tucumán enfrenta un desafío urbano significativo que requiere atención inmediata. La falta de planeamiento urbano adecuado ha convertido a las tormentas estivales en un problema recurrente que afecta la calidad de vida de sus habitantes. Es imperativo que los municipios, junto con el gobierno provincial, trabajen en soluciones estructurales para mitigar los impactos de estas tormentas y asegurar un desarrollo sostenible para la región. Solo así se podrá garantizar un futuro más seguro y esperanzador para los habitantes del Gran San Miguel de Tucumán. Yerba Buena tiene la oportunidad de evitar los problemas que sufre San Miguel de Tucumán con un nuevo Código que serviría también para ordenar este y muchos otros problemas. La política tiene la oportunidad de gestionarlos.

Tormentas, Inundaciones y el Planeamiento Urbano
El Cristiano 10 de marzo de 2025
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