Un impacto directo en la producción y el empleo
El paro general convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT), a pesar que la ciudadanía no respondió como los gordos esperaban, tendrá consecuencias económicas significativas para el país. Según un informe del Instituto de Economía de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), la medida tendrá un costo estimado de $208.497 millones, es decir, unos 194 millones de dólares. Esta cifra representa el 0,3% del PBI mensual y el 6,4% de la producción diaria de la economía argentina.
La industria, uno de los sectores más perjudicados
El impacto del paro no será uniforme. Los empleados bajo los sindicalistas que decidieron el paro no les queda otra que parar. La industria manufacturera será la más afectada entre los sectores de producción de bienes, con una pérdida estimada de $18.113 millones. A esto se suman pérdidas en minería y canteras por $7.089 millones y en construcción por $7.180 millones. En total, los sectores de bienes sufrirán una caída de $32.381 millones, lo que equivale al 5% de su producto diario.
El sector servicios, el más golpeado
La mayor pérdida económica se concentrará en los sectores de servicios, que dejarán de producir $140.369 millones. Esto representa el 6,5% de su producción diaria y el 3,5% del PBI mensual correspondiente a ese segmento.
La actividad más perjudicada será la de enseñanza, salud y servicios sociales, con una pérdida de $99.364 millones. El comercio mayorista y minorista también se verá afectado, dejando de facturar alrededor de $17.294 millones.
Otros sectores afectados
El informe detalla además otras pérdidas importantes:
- Impuestos netos de subsidios: $16.063 millones
- Transporte, almacenamiento y comunicaciones: $8.665 millones
- Administración pública: $7.886 millones
¿Qué pasaba si no circulaban colectivos?
Según el estudio, si los colectivos tampoco hubieran funcionado, el costo total del paro habría ascendido a 530 millones de dólares. La operación de al menos una línea de transporte público ayuda a amortiguar significativamente el impacto económico de este tipo de medidas.
En el conurbano bonaerense, el más afectado, la gente se volcó a los colectivos y autos de alquiler. Y demuestra que la ciudadanía trabajadora no acompaña la medida, decididamente política, más allá de las necesidades que todos padecen en medio de las incertidumbres del mercado y los vaivenes de la economía de cabotaje, azuzada por la oposición y los errores no forzados del gobierno; y además, los sindicalistas que están perdiendo su poder, a la vista está, pero que siguen haciendo daño a la Argentina y a sus habitantes. ¿Podremos algún día tener un sindicalismo profesional que se despegue de las internas del Partido Justicialista y se dedique únicamente a servir a sus afiliados? El paro salvaje de 36 horas demuestra que es posible, si el soberano vota y actúa en defensa propia. Y de su patria y su familia.
Un paro caro e inútil