Una Iglesia que se llena de esperanza
La Arquidiócesis de Guadalajara, en el estado mexicano de Jalisco, celebra con profundo gozo el florecimiento de vocaciones sacerdotales. El pasado 8 de junio, en el marco de la Solemnidad de Pentecostés, 30 nuevos presbíteros fueron ordenados en una emotiva Misa presidida por el Cardenal José Francisco Robles Ortega, arzobispo de la ciudad. La celebración tuvo lugar en el Santuario de los Mártires Mexicanos, un templo que evoca la fidelidad de quienes dieron la vida por Cristo, y que hoy se llena de nuevos servidores para la Iglesia.
Más de 160 nuevos sacerdotes en tres años
Con esta ordenación, ya son 169 los sacerdotes ordenados en Guadalajara desde 2021, un dato que llena de esperanza a la Iglesia en México y alienta a seguir trabajando en la promoción vocacional. Solo entre junio de 2022 y mayo de 2023 se registraron 107 ordenaciones sacerdotales en la arquidiócesis. A ellos se sumaron 32 nuevos sacerdotes en mayo de 2024 y ahora 30 más en junio, consolidando una tendencia vocacional sostenida y creciente.
Según datos del Semanario Diocesano de Guadalajara, desde que el Cardenal Robles Ortega asumió la conducción pastoral en 2012, han sido ordenados 553 sacerdotes diocesanos, una cifra que coloca a Guadalajara como una de las diócesis con mayor vitalidad en cuanto a vocaciones en el continente americano.
El Seminario: semillero de fe
La mayoría de estos nuevos sacerdotes se formaron en el Seminario de Guadalajara, uno de los más grandes y dinámicos de América Latina. Allí, cientos de jóvenes se preparan cada año para el sacerdocio mediante una sólida formación espiritual, intelectual y pastoral. La fecundidad del seminario es fruto no solo del número, sino del compromiso evangélico con el que estos hombres abrazan su vocación.
Durante la homilía, el Cardenal Robles Ortega exhortó a los nuevos presbíteros a vivir con fidelidad y autenticidad el llamado recibido, recordándoles que el sacerdocio no se acomoda a conveniencias: “No hay que hacerle ajustes al Evangelio. Sean fieles a su vocación, sin atajos”, expresó con firmeza paternal.
Vocaciones que son signo de vida
El notable crecimiento vocacional en Guadalajara es un testimonio concreto de que la fe católica sigue viva y activa, incluso en tiempos marcados por el secularismo. Es el resultado de un trabajo constante en la pastoral vocacional, del acompañamiento de familias creyentes, y del testimonio de sacerdotes que viven con alegría su misión.
Este fenómeno no es aislado. En diversas partes del mundo también se percibe un reverdecimiento de la fe entre los jóvenes. En Francia, España y otros países, miles de jóvenes están manifestando públicamente su fe, participando en adoraciones, peregrinaciones y procesiones, clamando por una renovación espiritual. La Santa Sede ha informado recientemente que se multiplican las conversiones y bautismos, fruto de la gracia de Dios. Y donde hay fe viva, hay sed de sacramentos. Por eso se necesitan sacerdotes: muchos y santos. Y Dios está respondiendo.
Una Iglesia que sigue dando frutos
Esta ola de vocaciones en Guadalajara no es simplemente una buena noticia estadística: es un signo providencial de que el Espíritu Santo sigue actuando con fuerza en la Iglesia, suscitando servidores del Evangelio en medio de un mundo necesitado de guía, consuelo y verdad.
Demos gracias a Dios por estos 30 nuevos sacerdotes. Recemos por ellos, para que perseveren con fidelidad y humildad. Y sigamos pidiendo al Dueño de la mies que envíe más obreros a su viña.