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Mensaje del Papa León XIV a obispos de la Amazonia

No a la adoración de la naturaleza
La observación no ha pasado desapercibida. En Roma, los observadores la interpretaron como una referencia implícita a las controversias del Sínodo de la Amazonía de 2019, cuando se introdujeron imágenes de la Pachamama en eventos del Vaticano y se generó un acalorado debate sobre los límites de la inculturación

 

En Bogotá, los obispos de la región amazónica se reunieron del 17 al 20 de agosto bajo el lema de la Conferencia Eclesial de la Amazonía. Si bien el Papa León XIV no acudió en persona, su presencia se hizo sentir a través de un telegrama firmado por el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, que ofreció aliento y una clara orientación para la misión de la Iglesia en la vasta región.

El mensaje papal logró un delicado equilibrio: por un lado, la gratitud por el compromiso de los obispos con los pueblos de la Amazonía; por otro, una seria advertencia sobre los peligros de confundir la administración cristiana de la creación con una ideología que corre el riesgo de convertir el mundo natural en objeto de culto.

El telegrama se centraba en un triple llamado: proclamar a Cristo, respetar la dignidad de los pueblos de la Amazonía y cuidar el medio ambiente confiado a la humanidad. Esta tríada refleja una visión teológica que ha marcado los primeros meses del pontificado de León XIV. Si bien las cuestiones ambientales siguen siendo centrales, el Papa insistió en que el compromiso cristiano con la naturaleza es inseparable del anuncio del Evangelio.

Citando los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, el telegrama recordó a los obispos que la creación tiene un propósito superior: guiar a los hombres y mujeres hacia Dios. «El derecho y el deber de cuidar la casa que Dios Padre nos ha confiado es evidente», escribió el Papa, «pero nadie debe destruir irresponsablemente los bienes naturales que reflejan la bondad y la belleza del Creador, ni convertirse en su esclavo o adorador». De hecho, la parte especialmente significativa del mensaje ha sido la final en la que el Secretario de Estado, de parte del Papa, habla a los obispos del “derecho y el deber de cuidar la “casa” que Dios Padre nos ha confiado como administradores solícitos, de modo que nadie destruya irresponsablemente los bienes de la naturaleza (…) ni se someta a ellos como esclavo y adorador de la Naturaleza”.

 

 

La observación no ha pasado desapercibida. En Roma, los observadores la interpretaron como una referencia implícita a las controversias del Sínodo de la Amazonía de 2019, cuando se introdujeron imágenes de la Pachamama en eventos del Vaticano y se generó un acalorado debate sobre los límites de la inculturación.

Sin mencionar estos incidentes, el mensaje de León XIV establece una línea: la Iglesia apoya la responsabilidad ecológica, pero rechaza cualquier forma de «ecoespiritualidad» que pueda eclipsar a Cristo.

Al mismo tiempo, el Papa no se limitó a advertencias. Instó a los obispos a dar a los fieles el pan fresco y limpio del Evangelio y el alimento de la Eucaristía, describiendo la vida sacramental como el único fundamento verdadero para la edificación del Pueblo de Dios.

Donde se proclama a Cristo, insistía el telegrama, la injusticia comienza a retroceder. El tono contrasta con el énfasis que a menudo se asocia con el Papa Francisco, quien solía usar mensajes de video o intervenciones personales en tales reuniones. En este caso, la ausencia de una aparición directa en video de León XIV, sumada a la claridad teológica del telegrama, sugiere un estilo pastoral distintivo: menos inmediato en su presencia, pero firme en su contenido y continuidad doctrinal.


Fuente: Zenit

20 de agosto de 2025
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