Historias que inspiran con cercanía y nos recuerdan que la santidad es posible en la vida cotidiana
Cuando pensamos en santos, muchas veces los imaginamos alejados de nuestras realidades: figuras lejanas en el tiempo, religiosas o monjes encerrados en monasterios. Sin embargo, la Iglesia Católica, con su sabiduría y realismo, ha propuesto modelos de santidad que caminaron por las mismas calles que nosotros, vivieron bajo presiones similares, y respondieron a los desafíos del mundo con una fe vibrante y cotidiana.
El Papa Francisco, en Gaudete et Exsultate, nos anima a descubrir que la santidad “no se trata de mirar desde lejos, sino de caminar en lo concreto”. Hoy te presentamos historias de santos y beatos que fueron como tú: trabajadores, esposos, jóvenes, profesionales, amas de casa… vidas ordinarias que respondieron con amor extraordinario.
1. Guadalupe Ortiz de Landázuri: la santidad en el laboratorio
Guadalupe fue una ingeniera química madrileña que trabajó en la investigación, la docencia y también en labores sociales. Fue una de las primeras mujeres laicas del Opus Dei y llevó la fe a contextos donde muchos creen que no cabe: la universidad, el aula, la ciencia. Beatificada en 2019, su vida muestra que el estudio y el trabajo pueden ser camino de encuentro con Dios.
“No busques a Dios fuera de tu trabajo: está ahí, esperándote entre probetas y fórmulas”, podría resumir su espiritualidad.
2. Carlo Acutis: un genio digital al servicio de la fe
Carlo fue un adolescente italiano apasionado por la informática y, sobre todo, por Jesús en la Eucaristía. Creó una página web donde recopiló y explicó milagros eucarísticos del mundo. Vivió con alegría, sencillez y una sorprendente madurez espiritual. Beatificado en 2020, es un modelo de santidad joven, moderna y profundamente eucarística.
“Todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”, decía Carlo.
3. Chiara Corbella Petrillo: maternidad ofrecida por amor
Chiara era una joven esposa y madre italiana. Sus dos primeros hijos murieron poco después de nacer, y al concebir el tercero, fue diagnosticada con cáncer. Optó por retrasar tratamientos agresivos para proteger la vida de su hijo. Murió con 28 años, dejando un legado de amor, alegría y fe inquebrantable. Su testimonio sigue conmoviendo corazones en todo el mundo.
“Lo esencial es mirar el Cielo y no perder la esperanza”, escribía poco antes de morir.
4. Enrique Shaw: empresario con alma cristiana
Fundador de ACDE (Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa), este empresario argentino aplicó la doctrina social de la Iglesia en su vida empresarial. Promovió condiciones laborales dignas, fomentó la formación de sus trabajadores y vivió su enfermedad con ejemplaridad. Su beatificación está en proceso.
“No basta con dar empleo: hay que dar sentido cristiano al trabajo”, decía.
5. Marta Obregón: la dignidad defendida con su vida
Marta era una joven universitaria burgalesa. Fue secuestrada y asesinada en 1992 tras resistirse valientemente a una agresión sexual. Su testimonio de castidad, fe y fidelidad a Dios ha tocado muchas conciencias. Su causa de beatificación sigue en marcha como mártir de la virtud.
6. Takashi Nagai: científico, padre de familia y testigo en Hiroshima
Converso al catolicismo, médico radiólogo y padre de dos hijos, Takashi vivió la tragedia de la bomba atómica en Nagasaki en 1945. Perdió a su esposa en la explosión y, aún enfermo por la radiación, dedicó el resto de su vida a cuidar a las víctimas y proclamar la paz. Vivió en pobreza voluntaria y oración constante. Fue llamado el “Francisco de Asís japonés”.
7. Santa Gianna Beretta Molla: madre y médica
Médica pediatra y madre de cuatro hijos, Gianna fue una mujer profesional, activa, comprometida con su fe. Cuando estaba embarazada de su cuarta hija, le fue detectado un tumor. Eligió no abortar ni someterse a tratamientos que pusieran en riesgo la vida de su hija. Falleció tras el parto, en 1962. Fue canonizada por San Juan Pablo II en 2004.
“El valor de una vida no se mide por su duración, sino por el amor con que se vive”, es el mensaje que deja Gianna.
8. Alberto Marvelli: ingeniero y político
Joven italiano comprometido con su fe y con la vida pública. Ingeniero, voluntario con los pobres y candidato a alcalde, murió atropellado con solo 28 años. Su testimonio de servicio político honesto y caritativo lo hace un referente para quienes quieren vivir la fe en la esfera pública. Beatificado por San Juan Pablo II en 2004.
9. María Cristina Cella Mocellin: madre mártir del amor
Italiana, esposa y madre de tres hijos. Al quedar embarazada por tercera vez, le detectaron un cáncer. Rechazó tratamientos que podían dañar a su hijo. Dio a luz, pero murió poco después. Beatificada en 2021, es un modelo luminoso de maternidad generosa y entrega.
“Dios me dio un hijo: no puedo hacerle daño para salvarme a mí”, afirmó con fe.
10. José Gregorio Hernández: médico de los pobres
Venezolano, médico y laico, fue beatificado en 2021. Dedicó su vida a curar a los más pobres y necesitados, aun cuando él mismo vivía en condiciones austeras. Su fama de santidad es enorme en América Latina, donde muchos lo consideran intercesor poderoso y ejemplo de médico cristiano.
Tú también puedes ser santo
La santidad no es una carrera para unos pocos elegidos. Es una llamada para todos. Estos hombres y mujeres nos recuerdan que Dios quiere entrar en tu familia, en tu trabajo, en tu universidad, en tu sufrimiento, en tu emprendimiento, en tu juventud. No necesitas ser perfecto, sino dejarte amar por Él, buscarle en lo cotidiano y amar como Él ama.
Como dijo Benedicto XVI: “Cada uno de nosotros está llamado a la santidad; la santidad consiste en vivir en comunión con Cristo”.
¿Y tú? ¿Estás dispuesto a ser un santo de vaqueros, bata de laboratorio, traje de oficina o mochila de estudiante?
Dios te llama a ser santo como tú eres, donde estás.
Fuente: Exaudi News