El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha denunciado la ejecución de más de 1.000 civiles cristianos, drusos y alawitas por parte de las fuerzas de seguridad sirias, alineadas con el nuevo régimen islamista. Estas ejecuciones se han concentrado en la región costera, particularmente en Latakia, bastión de la minoría alauí. Desde el inicio de la escalada de violencia el pasado jueves, el número total de víctimas, incluidas mujeres y niños, ha superado el millar.
Según la organización, estas matanzas tienen un claro propósito represivo, similar a las tácticas del antiguo régimen. La violencia ha sembrado el terror entre las comunidades afectadas, generando un éxodo de familias enteras que buscan refugio en zonas más seguras.
Latakia: epicentro de la represión
Latakia se ha convertido en un foco de enfrentamientos entre las nuevas autoridades y grupos opositores. Además de los civiles asesinados, se han registrado más de 200 muertes en combates. La situación humanitaria es alarmante: explosiones han cobrado la vida de menores, como el caso de tres niños en Idlib y Homs. Infraestructuras clave han sido destruidas, con cortes de electricidad y agua, así como el cierre de mercados y panaderías, dejando a miles de personas sin acceso a bienes esenciales.
Reacciones internacionales
El gobierno argentino ha condenado la masacre, calificándola como un ataque a la libertad religiosa. Nahuel Sotelo, secretario de Culto y Civilización, denunció el uso de la religión como una herramienta de opresión e instó a la comunidad internacional a actuar. Por su parte, el Papa Francisco, desde su hospitalización en Roma, pidió oraciones por la paz en Siria y el respeto a los derechos de todas las comunidades religiosas.
Silencio y ambigüedad en Occidente
Mientras la Unión Europea ha condenado la violencia de grupos pro-Assad, ha evitado pronunciarse sobre los crímenes del régimen islamista. Esta falta de contundencia ha generado críticas, ya que omite denunciar la persecución a cristianos y otras minorías en la región.
Limpieza étnica y la indiferencia global
La brutal limpieza étnica contra cristianos y alauitas continúa sin una respuesta efectiva de la comunidad internacional. Familias enteras están siendo masacradas y aldeas devastadas sin que los organismos internacionales actúen. La falta de interés de los Estados occidentales pone en evidencia una jerarquización de las vidas humanas, donde las víctimas en Medio Oriente parecen recibir menos atención y justicia.
Más allá de la condena al gobierno sirio, verdadero Herodes de la actualidad, los organismos de derechos humanos y los medios de comunicación occidentales, también, reciban la condena de los ciudadanos de bien, por su “selectivo” por estas familias sirias. Indigna la mirada tuerta y la caradurez inhumana ante semejante masacre. Dios los perdone, también
Siria: Mas de 1.000 Civiles Cristianos y de otras Minorías Asesinados