Un llamado a la sabiduría que conduce a Dios
Con motivo de la Asamblea General de la Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC), que se desarrolla en Guadalajara, México, el papa León XIV envió un mensaje en el que exhorta a las universidades católicas a ser auténticos “itinerarios de la mente hacia Dios”. Inspirado en el lema del encuentro —“Las universidades católicas, coreógrafas del saber”— el pontífice propuso una visión profunda y trascendente del rol académico desde la fe.
Cristo: la unión entre fe y razón
Citando a santo Tomás de Aquino, el Papa recordó que en “Cristo-Sabiduría está, al mismo tiempo, lo más propio de nuestra fe y lo más universal de la inteligencia humana”. Esta sabiduría, subrayó, es el terreno natural donde se encuentran la fe cristiana y los diversos pensamientos y culturas. Frente a un mundo lleno de mensajes seductores pero superficiales, el Santo Padre recordó, con san Buenaventura, que la universidad debe ayudar al alma a elevarse hacia Dios.
El diálogo con las culturas, tarea evangelizadora
El Papa también resaltó la importancia del diálogo entre saberes y culturas, propio del ambiente universitario. “No es ajeno al ser y a la acción de la Iglesia”, afirmó. Los primeros cristianos ya comprendían que el anuncio del Evangelio exigía entablar una conversación profunda con otras formas de ver el mundo. Cristo no viene a suprimir la razón, sino a darle plenitud: “como piedra angular que da sentido y armonía a nuestros pensamientos, anhelos y planes”.
El Papa León XIV en su alocución a la Asamblea General de la Federación Internacional de Universidades Católicas
Cristo, brújula y centro del saber
Finalmente, el papa León XIV advirtió que no se debe diluir la centralidad de Cristo en nombre del respeto o el diálogo. Por el contrario, animó a que sea Él quien oriente toda la tarea académica: “Cristo-Sabiduría, la Verdad hecha Persona, sea la brújula que guíe la tarea de las instituciones universitarias, y que su conocimiento amoroso sea el impulso de una nueva evangelización en la enseñanza superior católica”, dejando un mensaje y un pedido concreto a los directivos de las universidades, en clave apostólica.
De esa tarea fundamental depende el futuro de la sociedad, que naturalmente busca lo trascendente en un mundo secularizado, y son los profesionales y dirigentes que, formados en las universidades, los que hagan su parte para la mayor gloria de Dios.